Mientras el nuevo informe de coyuntura que elabora la Dirección de Planificación y Gestión de Pesquerías de la Subsecretaría de Pesca se demora más que Moscuzza para remover el “Mar Azul” del muelle 2, el informe de CAPECA con datos del INDEC sobre las exportaciones del primer semestre, calman la ansiedad por conocer la evolución de los principales indicadores del negocio pesquero en modo coronavirus.

No hay buenas noticias salvo para los armadores poteros, que con la super abundante temporada 2020 no solo mejoraron los números de volumen y divisas generadas sino que se incrementó el precio promedio cerca del 10%. Entre enero y junio se exportaron 110 mil toneladas de calamar de un total desembarcado, en ese mismo semestre, de 154 mil toneladas.

“Tendrán que afinar el lápiz” reconoció un industrial en las últimas horas, una vez conocido el informe de los 42 barcos que esta temporada deben reprocesar parte de sus capturas en frigoríficos de tierra como parte del compromiso asumido al momento de otorgarse el permiso de pesca.

Liberman vetó la chance en febrero de que siguieran mintiendo con ventas ficticias para cumplir con el requisito. Universal Pesquera del chino Federico y Ardapez, son dos de las que bajaron calamar de sus poteros. Solimeno también tiene estructura para reprocesar el 20% del Sirocco o Di Leva la porción parecida que le toca con el “Don Francisco”.

Mucho más calamar en tierra no se observó cuando debería haberse inundado todo el circuito. Hay que ver ahora cómo se las ingenia el resto para dibujar las actas complementarias que deberían confeccionar los inspectores de Marina y Pratti en el Distrito Pesca Mar del Plata, epicentro de todas las descargas. Hasta fin de mes tienen plazo.

Como ocurre hace tiempo, aunque esta vez demorada por la pandemia, la pelea de la paritaria del pescado no escala más allá de un par de ladridos. Lo importante, ajustar convenios a los movimientos irregulares que marca el negocio de la merluza, ver cómo se estimula la creación de nuevo empleo, otra vez quedó marginado de la discusión.

Se abrochó un 32,5% para los primeros siete meses del 2020 y se dejó la puerta abierta para renegociar un reajuste en la última porción del año, por la idea que primó entre los delegados y la conducción del SOIP: resignar parte del aumento ahora para recuperarlo antes que termine el 2020,

La relación entre CaIPA-SOIP se envidia fuerte en la patagonia donde por estas horas el STIA bloquea el acceso a plantas de procesamiento con gomas encendidas. Una postal que, por suerte, se ve cada vez menos en Mar del Plata.

Es cierto. que algunas empresas, como Arte Pesca, bajaron la persiana y arreglaron a la gente sin siquiera un piquete. El gremio de la alimentación desconoce la ampliación de la vigencia de la conciliación obligatoria dictada por Trabajo en el conflicto con CAPIP por la paritaria 2020.

En la sede sindical de 12 de Octubre están convencidos que marineros y cámaras armadoras ya tienen todo cocinado para firmar otro 15% en septiembre. Ese reajuste, sumado al 30% acordado a partir de julio, redondea una cifra que ellos quieren superar, aunque sea por un par de puntos.

“Todos suman y suman pero la plata sigue saliendo del mismo cajón de merluza y no da para todo”, rezongaba un armador fresquero. Sin mucha competencia por la flota migrada al langostino, el problema no es vender. El problema es cobrar un pescado que vale 40 más IVA para exportación y 65 final para mercado interno. “Con el corazón en la boca hasta que metes los cheques”, confiesa otro.

Un par de asteriscos para poner en contexto los números en rojo de la merluza en este primer semestre. Las exportaciones cayeron un 17% en volumen, un 35% en divisas y el 11% en el precio promedio. El año pasado fue muy bueno: en el primer semestre: los incrementos fueron del 29% en volumen y 26% en dinero facturado por las empresas en relación al mismo período del 2018.

Y este no fue tan bueno no porque no hubiese merluza sino que muchos fresqueros de altura eligieron capturar calamar, una especie más rentable, aunque sea por un par de semanas aprovechando que el recurso estaba a menos de 12 horas de Mar del Plata.

Tres cosas preocupan de la merluza. La preponderancia de su pesca con barcos congeladores que no generan trabajo en tierra y tienen costos muy inferiores y otras licencias en relación al fresco y su estructura en tierra. Eso se mantiene y profundiza.

Hasta el 29 de julio, de 116 mil toneladas totales desembarcadas, los factorías pescaron 55 mil y los fresqueros 52 mil. Y ambas flotas se entretuvieron con el calamar; incluso los congeladores duplicaron los desembarques de los fresqueros, alcanzando casi las 12 mil toneladas de illex.

Brasil como destino de la merluza muestra una fuerte caída. Redujo la demanda un 20% y el precio un 27% en relación a enero/junio del 2019. Y en este escenario de precios bajos, en el orden de los 2500 dólares la tonelada de filet, el elaborado en tierra no puede competir con el congelado a bordo.

No es difícil aventurar que, de continuar esta situación, el desequilibrio entre los dos esquemas se profundizará y agravará la situación en las plantas de reproceso en tierra que ya arrastran un goteo de personal a la calle sin interrupciones desde hace cinco años.

Donde también habrá que poner el foco es en la interna de la estiba. El SUPA y las cámaras de servicios anotaron por estas horas otro 20% a la actualización del jornal y quedó al borde de los 5 mil pesos por cada turno de 6 horas. Lo que en otros sectores económicos sería una fiesta alcanzar estos salarios, en el muelle hay mucha bronca.

El personal eventual reunido en el Centro de Contrataciones asegura no haber sido consultado al momento de sellar el acuerdo hasta fin de año. Si bien la temporada de calamar generó derrame en todos los circuitos de la estiba no es descabellado pensar en alguna medida de acción directa para las próximas semanas de mantenerse este cortocircuito entre el gremio y el Centro de Contrataciones.

Los eventuales en realidad son los únicos afiliados directos que tiene el gremio. Los demás son socios monotributistas de las cooperativas de estiba que configuran “la patronal”. Agrupados en cámaras empresarias, disponen el aumento para los armadores/clientes, que cobran como prestadores de servicio. Win-Win .

El sector disidente cuestiona la conducción de Mezzamico al frente del gremio. Han presentado lista opositora en pasadas elecciones y el año pasado alguno del grupo estuvo involucrado en la agresión que sufrió el Secretario General. El reajuste paritario ha vuelto a tensar una relación que se mantuvo en caja por exclusiva responsabilidad del calamar..

Arbitrar que se mantenga la paz social será una buena prueba de fuego para el Consejo Consultivo que termina de pulir Felizia en el Consorcio Portuario por estas horas. Los objetivos son amplios y se están cursando las respectivas invitaciones para poder sumar voces al debate portuario.

A esta altura ya debería estar claro que bloqueos y piquetes que interrumpen el desarrollo del circuito productivo no le convienen a nadie. Pero nunca esta demás reiterarlo con múltiples testigos. Aunque sea por zoom

Fuente: https://puertodepalos.net/de-dibujos-desequilibrios-y-tensiones-latentes/
Por Roberto Garrone