El estricto confinamiento decretado en España en primavera salvó la vida a unas 4.000 personas al reducir en un 16 % el número de contagios en los dos primeros meses, según un estudio del Instituto Leibniz de Investigación Financiera (SAFE) publicado este lunes.
El informe concluye además que se salvan más vidas cuanto antes se apliquen las medidas para frenar la propagación de la pandemia, como la restricción de los contactos, los cierres parciales de la actividad económica y educativa, así como las reglas de higiene.
El estudio del SAFE calcula que si no se hubiese declarado el estado de alarma en marzo, para el 14 de mayo la cifra de fallecidos por el coronavirus hubiese ascendido a 31.000 personas, cuando la cifra oficial en esa fecha es de 27.000 víctimas mortales.
Los autores destacan, sin embargo, que de haber aplicado antes las restricciones, el número de muertos sería significativamente menor, una regla que entienden que trasciende el ejemplo y tiene carácter general.
“La efectividad del confinamiento en España fue significativamente menor que si esas (mismas) medidas se hubiesen implementado una semana antes”, asegura el economista Alexander Ludwig, uno de los responsables del estudio.
Clave para esta conclusión es la comparación regional de la efectividad de las medidas teniendo en cuenta el momento de expansión del coronavirus por territorios, según el estudio.
“En regiones que estaban en un estadio más inicial de la epidemia en el momento en el que entró en vigor el confinamiento las medidas tuvieron una mayor efectividad que en las regiones en las que la epidemia estaba en una fase más avanzada”, explica Ludwig.
El estudio se basa en un nuevo modelo empírico desarrollado por los autores del SAFE que compara la propagación de la enfermedad y las medidas para contenerla por regiones.
EFE