La UNLP producirá viviendas de madera de bajo costo para dar respuesta a situaciones de emergencia habitacional. Estos prototipos son sustentables, seguros y de fácil instalación, además cuentan con sanitarios, aislación térmica y hasta un disyuntor para evitar el peligro de accidentes con la electricidad. La iniciativa es financiada por la casa de altos estudios.

La usurpación de terrenos dejó al descubierto la cruda realidad que atraviesan miles de familias argentinas que no tienen acceso a una vivienda digna. Estas insuficiencias estructurales, junto a las condiciones de hacinamiento representan una problemática social que salieron a la luz desde que el Gobierno decretó la cuarentena obligatoria por el coronavirus.

En ese marco, se lanzó la denominada Solución Habitacional de Emergencia (SHE), un desarrollo del equipo del Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente Construido (IIPAC, UNLP-CONICET) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, que trabajó en forma conjunta con organizaciones sociales e instituciones que integran el Consejo Social de la Universidad. El primer prototipo ya está casi listo, y se erige en el predio de la Estación Experimental Julio Hirschhörn, en avenida 66 y 167 y 173 de Los Hornos, en las instalaciones del flamante Centro Tecnológico de la Madera de la Universidad.

El proyecto para la construcción de estos módulos habitacionales surgió a partir de las demandas de la propia comunidad, expuestas y debatidas en el seno del Consejo Social de la UNLP con las organizaciones territoriales de base. El desarrollo, aseguran sus impulsores, nació en la unión del saber popular, el saber académico y el de la gestión, utilizando tecnología sencilla y materiales sustentables, para finalmente materializarse a partir de la autoconstrucción y cogestión.

Las SHE se construyen sobre pilotes de cemento, lo que permite mantener la totalidad de la estructura elevada sobre el nivel del suelo; una característica de vital importancia en zonas de terrenos húmedos o anegadizos. Según los responsables del proyecto, la simpleza del método constructivo es tal que una vivienda base de 30 metros cuadrados puede levantarse en apenas una semana y, además, puede ser ampliada de acuerdo a las necesidades.

Días atrás, el presidente de la UNLP, Fernando Tauber, visitó predio donde se construye el primer prototipo de vivienda social y allí aseguró que “somos una Universidad que se involucra con las demandas de la comunidad, por eso ponemos nuestro conocimiento, tecnología y recursos humanos al servicio del país en estos tiempos difíciles”. “Estos módulos habitacionales, construidos en nuestro Centro de la Madera, garantizan a las familias un techo digno, con sanitarios completos, cocina y provisión de agua caliente mediante energía solar”, sostuvo.

“Iniciaremos las gestiones con los organismos del Estado Nacional y Provincial para llevar este proyecto a gran escala. Son cientos de miles las familias argentinas que hoy sufren por no tener un techo digno y, frente a esa realidad, la Universidad no puede hacerse la distraída“, adelantó el titular de la UNLP.

Las viviendas cuentan también con un colector solar térmico que garantiza la provisión de agua caliente tanto en la cocina como en el baño, durante las 24 horas del día.

En cuanto a la instalación eléctrica, desde el IIPAC indicaron que respeta los más altos estándares de seguridad, sin cables ni caños a la vista y con disyuntor para evitar accidentes domésticos.

Por su parte, la Prosecretaria de Extensión Universitaria y titular del Consejo Social de la UNLP, Inés Iglesias, explicó: “En el momento del diseño se pensó en una vivienda de emergencia que incorporara tecnología sencilla para la mejora de las casas. Se pensó en realizarla en madera a partir de la puesta en función del Centro Tecnológico de la Madera que tiene nuestra Universidad”.

En esa línea, la funcionaria adelantó que la idea es cogestionar la construcción de las viviendas con la Subsecretaría de Hábitat del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires. “El organismo empezó a evaluar la implementación de este prototipo como modelo de vivienda de emergencia social que la Provincia pueda promover como respuesta ante situaciones de relocalización, de incendio, de inundación u otras situaciones que se van presentando en los municipios y que podrían ser abordadas a partir de la producción en serie de estas casas”, señaló.

“El Organismo Provincial de Integración Socio Urbana de la Provincia de Buenos Aires, también está interesado en este proyecto, de igual manera que el RENABAP (Registro Nacional de Barrios Populares). Nuestra intención es trabajar también con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que tiene a su cargo la urbanización de los barrios populares que están en este registro”, concluyó.

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