Los compañeros de Benito Quispe tardaron varios días en notar su ausencia porque no era raro que faltara al trabajo en el predio de un horno de ladrillos de la localidad de Máximo Paz, partido de Cañuelas. Pero el jueves por la tarde vieron una pierna que emergía del montículo, reconocieron su calzado y llamaron a la policía.
Fuentes judiciales informaron a Télam que los compañeros de Quispe reconocieron que esa era su pierna por el calzado que tenía puesto. El cuerpo estaba semienterrado y uno de los trabajadores lo notó por las moscas que revoloteaban por el sitio y el olor que se sentía.
Los efectivos policiales retiraron el cuerpo del horno y lo trasladaron a la morgue para una autopsia. En seguida entró en funciones la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Cañuelas.
Luego se supo que Quispe, de 60 años, murió como consecuencia de un traumatismo encéfalo craneano grave por ser golpeado con un objeto contundente que le provocó una fractura.
Ya hay un sospechoso detenido por el homicidio, que habría ocurrido hace varios días, informó el sitio InfoCañuelas.
Investigadores policiales lograron determinar que el hombre, de nacionalidad boliviana, tenía un enemigo declarado entre sus compañeros de trabajo en el predio del horno de ladrillos, que está ubicado en una zona rural de la localidad de Máximo Paz cerca del cruce de la Autopista Ezeiza – Cañuelas y la calle Suiza.
Los compañeros de Quispe, y del sospechoso, aseguraron que el sexagenario “se ponía cargoso cuando tomaba de más”. Fuentes policiales confirmaron a Télam que “se logró determinar que tenía una situación de enemistad manifiesta con uno de los empleados del horno que no era visto desde el miércoles”.
El personal policial aprehendió ayer pasadas las 18 al sospechoso, identificado como Pedro Reyes, de 38 años, que también es de nacionalidad boliviana.
Las fuentes añadieron que el acusado iba a ser indagado en las próximas horas por el fiscal Lisandro Damonte, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Cañuelas, en una causa que caratuló como “homicidio simple”.
Quispe y Reyes eran cortadores de ladrillos en el predio y vivían ahí mismo junto a otros empleados. Testigos del caso aseguraron que el sábado 28 los dos hombres tuvieron una discusión.
El cuerpo del sexagenario apareció a 100 metros de la zona de las viviendas.