La construcción será la segunda industria con la que el Gobierno iniciará la próxima semana un diálogo en la búsqueda de un acuerdo de precios y salarios, un sector que terminó 2020 con una recuperación en la actividad y también en el empleo, en un contexto en el que a partir de los últimos incentivos fiscales otorgados por el Poder Ejecutivo, la inversión podría sumar unos US$ 5.000 millones este año.

“La reunión es inminente, pero aún sin fecha”, respondieron a Télam desde el sector privado respecto de la puesta en marcha de la Mesa de la Construcción, la segunda de las tres primeras definidas por el Gobierno, que comprenden Alimentos, y Electrónica y Electrodomésticos.

El jueves pasado se concretó el primer encuentro sectorial, en este caso con el sector de la alimentación.

Lenta recuperación

En el caso de la construcción, en diciembre presentó un alza interanual del 27,4%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), y ese aumento resultó un 22% superior al nivel pre-Covid de febrero de 2020.

Además, se trató de la segunda suba consecutiva tras 26 meses en baja, y la de mayor magnitud desde noviembre de 2017.

En el mes, aumentaron en términos interanuales los despachos de 12 de los 13 insumos relevados.

Por el lado del empleo, si bien se contrajo durante diciembre, “resulta la primera merma luego de cuatro meses consecutivos de recuperación y se vincula principalmente a factores estacionales, siendo, de hecho, una contracción más moderada que la observada en igual mes de años anteriores”.

Esto destacó el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric) en su último informe de coyuntura, donde precisó que el volumen de ocupación es de 293.934 puestos de trabajo registrados, cifra que es un 1,5% menor a la de noviembre.

En noviembre, el empleo en la construcción alcanzó a 298.430 puestos, 29.623 más que en mayo del año pasado, cuando se alcanzó el piso de la caída en la actividad, pero todavía lejos de los 357.000 de diciembre de 2019.

Sin embargo, más allá de la recuperación que el sector comenzó a experimentar a partir de junio de 2020, y continuó en ascenso hasta estos primeros meses del nuevo año, hubo un momento de tensión en los últimos meses del año pasado entre la industria y el Gobierno.

Precios Cuidados

A mediados de septiembre, ante la creciente demanda de materiales, y para evitar que eso se traduzca en una presión para la inflación, la Secretaría de Comercio Interior lanzó el programa Precios Cuidados para la construcción, con unos 93 productos de 17 rubros, y valores un 5% por debajo de los de mercado.

La respuesta de muchas empresas fue retener volúmenes de producción y desabastecer el mercado, en momentos en que la construcción volvía a demandar materiales, a la espera de incrementar los precios y también de una posible devaluación del peso frente al dólar, alentada por sectores del mercado, que finalmente no ocurrió.

En noviembre, Comercio Interior intimó a las empresas a garantizar el abastecimiento y a “incrementar su producción hasta el máximo de su capacidad instalada”, a través de la resolución 605/2020.

Asimismo, les solicitó que “implementen las medidas necesarias para asegurar el transporte y provisión” de los materiales.

El área que conduce Paula Español constató “retrasos en el normal abastecimiento y acopio de materiales” que no guardaban relación con la situación de la cadena de valor, ya que además ya existían “menores restricciones al tránsito y la tendiente optimización de los protocolos sanitarios dentro de las plantas industriales”.

El costo de los materiales de la construcción, medido por el Indec, cerró 2020 con un aumento de 64,4%, casi el doble de la inflación del año, lo cual colocó a la actividad entre las prioridades para el Gobierno al momento de trazar la hoja de ruta de precios y salarios para converger con las metas establecidas en el Presupuesto 2021.

Reactivación de obras privadas

Con una demanda recuperada y el empleo en ascenso, el Gobierno definió en diciembre incluir entre los proyectos a discutir en las sesiones extraordinarias del Congreso, uno para reactivar las obras en el sector privado,

La iniciativa, convertida en ley esta última semana por el Senado, exime del impuesto de Bienes Personales a las inversiones destinadas a la construcción de inmuebles nuevos durante dos años, y otorga un crédito fiscal para computar contra este impuesto igual al 1% del monto invertido.

Además, se determina que las personas que declaren voluntariamente activos en pesos o dólares y los destinen a obras nuevas pagarán un único impuesto, con alícuota creciente en el tiempo, y se les otorgará un “blanqueo fiscal” respecto de lo que pudiera corresponder por esos fondos, además de una serie de beneficios en acciones judiciales y administrativas.

De acuerdo con el proyecto, las personas que declaren sus capitales antes de los 60 días de promulgada la ley pagarán un impuesto del 5%, mientras las que lo hagan después de esa fecha, y hasta los 90 días, pagarán un único tributo del 10%, y las que realicen su declaración desde ese día y hasta 120 días abonarán 20%.

Al respecto, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) estimó que el blanqueo podría vehiculizar inversiones hacia el sector por unos US$ 5.000 millones este año.