Con un 93% de las camas ocupadas en terapia intensiva y un sistema de Salud en crisis, los médicos intensivistas, aquellos que luchan hasta el último suspiro, advierten su “cansancio y fatiga profesional”.
“La enfermedad diezmó nuestras filas, muchos compañeros se enfermaron y algunos no volvieron a trabajar, otros lamentablemente fallecieron”. Estas palabras son de Arnaldo Dubin, miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y jefe de ese servicio en el Sanatorio Otamendi, quien revela en una charla con El Destape el escenario que están atravesando los médicos intensivistas, los profesionales que pelean hasta el final en la ultima trinchera en la lucha contra el coronavirus COVID-19. En su último informe(realizado sobre 53 terapias intensivas), el SATI informó que los hospitales y clínicas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) llegaron a una ocupación que ronda, en promedio, el 93%.
El cartel de terapia intensiva, mayormente de color rojo y luminoso en los pasillos de las clínicas y hospitales esconde detrás un preocupante colapso. Allí se encuentran los médicos intensivistas trabajando contrarreloj contra este virus que ya provocó 57.957 muertes en todo el país.
“Estamos viviendo una situación que es francamente dramática”, advirtió al tiempo que describió que se da “un crecimiento incontrolable en el número de contagios” y usó el ejemplo de la Ciudad de Buenos Aires. “Hemos llegado a valores que son el doble que los que tuvimos en el pico de la primera ola con un comportamiento social que parece ignorar que estamos en el peor momento”, marcó. “Por otro lado, un sistema sanitario que está gravemente comprometido en este momento ya hay una gran angustia por la disponibilidad de camas de terapia intensiva”, sumó Dubin.
“La situación es muy grave, más en el sector privado de la ciudad de Buenos Aires pero ya muchos hospitales están con un 100 por ciento de ocupación” destacó. “Sin embargo la cuestión que compromete más al sistema sanitario es lo que está ocurriendo en las terapias intensivas que son la ultima trinchera en la lucha contra la enfermedad”, agregó el profesional.
En la misma sintonía se expresaron desde la Asociación Sindical de Trabajadores de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) desde donde expresaron su preocupación por los médicos y enfermeros que está en el campo de batalla contra el COVID-19. “Nos preocupa mucho el agotamiento y cansancio del equipo de salud”, admitieron. Es por eso que están exigiendo además de un reconocimiento salarial, nombramientos y la regularización de la carrera para reforzar los establecimientos.
COVID-19: médicos de terapia intensiva diezmados
Arnaldo Dubin hizo hincapié en la falta de profesionales y del porcentaje que se encuentra en actividad, pero con un cuadro de “cansancio y fatiga”. Sobre esto, graficó: “Ya éramos muy pocos antes de la pandemia del COVID-19, es que la gente no quiere hacer terapia intensiva, por múltiples motivos está en que es una especialidad muy demandante física y anímicamente, relaciones laborales conflictivas y malas condiciones de trabajo y una remuneración insuficiente”. En esa línea, alertó: “Bastantes compañeros expresaron que no quieren volver a hacer terapia intensiva. Estamos exhaustos física y mentalmente”.
La misma situación viven los profesionales de la Salud de la provincia de Buenos Aires, en donde la pandemia del COVID-19 está golpeando fuertemente a sus 77 hospitales y centros de Salud bonaerenses. Es el caso de Necochea donde la situación es grave.
“Hace días que la cantidad de contagios llevó a que la Unidad de Cuidados Críticos COVID-19 se encontrara al máximo de su capacidad, como también la disponibilidad de respiradores. No es momento de señalar quién tiene la responsabilidad, es momento de hacer para que esta situación no empeore”, denunciaron de CICOP desde donde admiten que también el personal está saturado.
Por último, Dubin advirtió por “una situación que cada día se torna más extrema y una carga de trabajo que también progresivamente va aumentando”. Tras proyectar que “en pocos días más nuestra capacidad va a ser completamente colmada”, lanzó: “Estamos muy mal los intensivistas”.
Ante este desalentador escenario, los profesionales de la Salud coinciden en que los ciudadanos tomen conciencia y tomen las medidas de prevención para evitar una catástrofe mayor. Como también, exigieron al Gobierno nacional, provincias y municipios “medidas drásticas para limitar los contagios”. “Solo es posible con una cuarentena estricta en los distritos más afectados, pero tenemos que hacerlo ya urgen las medidas estrictas. Necesitamos evitar la peor catástrofe sanitaria en la historia de la argentina”, coincidieron.
Por Gimena Figueroa-ElDestapeweb