El 17 de septiembre se conmemoró esta fecha a nivel mundial. Julio César Tuseddo,  médico y ex Director del Cema, alertó sobre la falta de abordaje que tuvo la fecha en el plano local. Aseguró que mientras en el “mundo están  preocupado por los daños que los servicios de salud producen, en el Municipio de Gral Pueyrredón no inquieta este problema”.

Esta fecha busca reducir a cero los daños y muertes prevenibles por los servicios de salud. Para ello la Organización Mundial de la Salud recomienda iluminar los edificios de naranja para visibilizar la gravedad de la situación, sin embargo en el plano local muy pocas instituciones de salud e incluso el Municipio se sumaron a esta iniciativa.

La seguridad del paciente es una disciplina de la atención de la salud que surgió con la evolución de la complejidad de los sistemas de atención de la salud y el consiguiente aumento de los daños a los pacientes en los centros sanitarios. Su objetivo es prevenir y reducir los riesgos, errores y daños que sufren los pacientes durante la prestación de la asistencia sanitaria. Una piedra angular de la disciplina es la mejora continua basada en el aprendizaje a partir de los errores y eventos adversos, explica la OMS.

Julio Tuseddo es médico marplatense y Embajador Patient Safety Movement Foundation en Argentina y dialogó con MdpYa sobre el Día Mundial de la Seguridad del Paciente: “Desde hace 20 años los países desarrollados vienen trabajando activamente para reducir el daño que los servicios de salud producen, y ciertamente es muy elevado. Lamentablemente en los países de bajos y medianos ingresos es poco lo que han hecho, fundamentalmente en nuestro país se han hecho muy pocas cosas. Por este motivo la Organización Mundial de la Salud desde 2019 propone el Día Mundial de la Seguridad del Paciente para visibilizar esta problemática y tomar acciones que permitan instalar el tema como un problema e iniciar políticas públicas para corregirlo”.

En este contexto de visibilización, en la ciudad de Mar del Plata hubo “muy poca” actividad en conmemoración de esta fecha.  Tuseddo señaló que las autoridades tuvieron “escasa participación”, mientras que las únicas entidades que se sumaron activamente fue el Hospital Privado de la Comunidad, la Escuela de Medicina y la UNMDP.

“No tuvo participación el HIGA, tampoco el Materno Infantil. La cínica Colón hizo alguna actividad dentro de la institución, pero no hicieron actividades de visibilización, mientras que la Clínica 25 de Mayo hizo sólo una publicación en su página web. Esto es preocupante porque es un problema que nos afecta a todos, cualquiera de nosotros puede salir dañado o morir en el contexto de errores en la asistencia sanitaria, pero nadie le presta atención a este tema”, denunció.

A nivel mundial, el profesional explicó que se estima que mueren 3 millones de personas por errores en la asistencia sanitaria y la Argentina no está fuera de esta estadística. Por este motivo afirmó que alrededor de un 10% de las personas que se dan de alta en el hospital se van con algún tipo de daño, mientras que un 6% muere, indicó.

“Si hacemos una proyección con información que surge del estudio IBEAS, en base a los datos del HIGA Alende del 2014 en el que hubo 13246 egresos (altas) podríamos inferir: Que a 1390 personas les provocamos Eventos Adversos (daño involuntario producido por la atención sanitaria). De esos casos, 390 individuos quedaron con algún tipo de discapacidad producto del daño. Hubo además 83 personas que murieron, no por la enfermedad que motivó la internación sino por el/los daños generado/s por la asistencia que dimos.  Si hubieran políticas activas de seguridad del paciente se hubieran evitado 834 eventos dañinos por nuestro accionar”, destacó el profesional.

Por otro lado, remarcó que los daños producidos al paciente generan una situación “mucho más grave” que la pandemia, ya que esta va a pasar pero los errores de los servicios de salud van a persistir y se va a continuar generando daño a las personas.

“No es sólo mi preocupación, sino que el mundo está con los ojos puestos en este tema. Le estamos haciendo daño a las personas, ese daño no está relacionado directamente a la actitud de los profesionales de la salud sino a un sistema que funciona mal y genera que haya una segunda víctima, que es el trabajador que hace un daño y queda con una carga moral que puede llevar a un montón de preocupaciones que terminan en casos de depresión, dejar su profesión o incluso en algunos casos el suicidio”, destacó.

Otra consecuencia grave es la situación económica. En los países desarrollados un 15% del gasto hospitalario está dado a las complicaciones que se generan como consecuencia de los daños que se provocan, explicó el especialista.

Con una alta tasa de mortalidad y de daño no sólo a las y los pacientes sino también a lxs profesionales que intentan resolver una problemática, se suma la consecuencia del dinero que “se derrocha como consecuencia de un servicio de salud inseguro. Por esto es necesario e imprescindible instalar este problema como un tema de salud pública, para generar políticas públicas que logren la reducción de su impacto.”

Lara E. Franco – Redacción MdpYa