La guerra de zapa existió, y fue minuciosamente planificada por San Martín para dispersar a sus enemigos. El general se nutrió de una serie de ardides, llevados a cabo por espías y agentes dobles que inducían a engaño y a impresiones erradas sobre el número y la ubicación de sus tropas, por ejemplo. Y hasta es sabido que usaron la llamada tinta simpática o invisible.

Si bien sabemos que la actividad de espionaje en el Río de la Plata estuvo vinculada a la guerra de la emancipación, y se caracterizó por esta permanente utilización de agentes secretos, se dice que esa red de espías que San Martín utilizó fue de tanta utilidad y de resultados tan fructíferos en Mendoza, Chile y Perú, que determinó el éxito militar posterior.

Pero, ¿por qué mujeres? Ellas eran las profesionales del secreto, las menos pensadas, las que si bien no podían disfrutar de la gloria de la batalla, ni de las condecoraciones militares, se infiltraban aun sabiendo que sus nombres no quedarían grabados para siempre en los libros de historia.

De esas mujeres imprescindibles se trata la obra de teatro de Lalo Alías, “Zapa”, que fue dirigida por el mismo autor. También se trata de la confianza, de la camaradería, aunque no de las construcciones femeninas de lo colectivo: estas mujeres se jugaron la vida en soledad e hicieron lo que hiciera falta para ser parte de un triunfo general y común, que ellas mismas no verían. Y pagaron con creces por semejante atrevimiento.

Las actuaciones de Patricia Viglianchino y Gabriela Meyer son inseparables, porque las actrices tienen una historia de trabajo juntas y funcionan como dúo con una química propia que les permite llevar la historia de la mano. Además, la ficción se cruza con la realidad histórica porque los datos verídicos son permanentes y colaboran a poner al espectador en un marco de verosimilitud impecable.

El clima general es lo que diríamos afable, con momentos humorísticos que el público agradece. Pero es necesario destacar especialmente el uso apropiadísimo de la iluminación, que es en este caso la herramienta necesaria para apoyar al espectador en el recorrido de los rápidos cambios de clima.

Es grato verla: una obra que invita a espectadores a ingresar en un universo histórico desde un lenguaje cercano. Más secretos no puedo contarle porque se la arruino. ¡Vaya al teatro que hace bien! La próxima función será el viernes 8 de abril a las 21, en el centro cultural El Séptimo Fuego.

Adriana Derosa