Los investigadores de China y EEUU aseguraron que “el Covid-19 trajo un drástico aumento de los consumos descartables. Además del crecimiento de las compras online y, en consecuencia, de los embalajes plásticos”.
Más de 8 millones de toneladas de plástico, entre mascarillas, guantes y otros productos relacionados con la gestión de la pandemia de Covid-19, fueron liberados en el medio ambiente, según un estudio realizado por universidades de China y Estados Unidos.
De la cifra citada, al menos 25.000 toneladas terminaron en los océanos, agregó el informe conjunto de las universidades de Nanchino -China- y California -EEUU. Fue publicado en “Proceedings of the National Academy of Sciences”, informó la agencia ANSA.
Los investigadores explicaron que la pandemia trajo consigo un drástico aumento de los consumos de plástico, a través de guantes, mascarillas y dispositivos médicos descartables de todo tipo. Además, los confinamientos indujeron a un importante aumento de las compras online y, como consecuencia, de los embalajes de plástico.
“Desafortunadamente, el procesamiento de desechos plásticos no siguió el ritmo del aumento de la demanda. Los residuos no administrados se descargan al medio ambiente y algunos llegan al océano”, escribieron los investigadores.
El estudio agrega que la cantidad de plástico que se escapa de las plantas de eliminación fluctúa entre 4,4 y 15,1 millones de toneladas. La mayor parte del plástico sobrante (alrededor del 87,4%) proviene de hospitales. Mientras que los equipos de protección personal, como las máscaras que utiliza la población, representan el 7,6%. Y el plástico adicional derivado de las compras online aporta el 4,7%.
La mayor parte de los residuos (46%) son producidos por Asia, seguida de Europa (24%) y finalmente de América del Norte y del Sur (22%). Según la investigación, 25.900 toneladas de plástico terminan en los océanos o a lo largo de los principales ríos.
Hacia fin de año, el 71% de los residuos se depositarán en las playas y el resto se distribuirá más o menos equitativamente entre el fondo del mar y su superficie, que tendrá graves repercusiones en los ecosistemas y la vida marina.
“Ya se informaron algunos casos de atrapamiento e ingestión de desechos de Covid-19 por organismos marinos, que incluso conducen a la muerte”, señalaron los investigadores. Y, entre las áreas de mayor preocupación, se encuentra el Ártico. Allí, debido a las corrientes particulares, es un callejón sin salida para el transporte de residuos, agrega ANSA.
“Alrededor del 80% de los desechos plásticos descargados en el Océano Ártico se hundirán rápidamente y se prevé que para 2025 se formará una zona circumpolar de acumulación de plástico”, concluyeron.