Colombia se convirtió este jueves en el primer país latinoamericano en permitir el suicidio con supervisión médica. La corte Constitucional dictaminó con seis votos a favor y tres en contra, que un médico puede ayudar a un paciente gravemente enfermo a quitarse la vida. Lo hizo tras estudiar una demanda presentada por el Laboratorio de Derechos Económicos Sociales y Culturales.
“La asistencia al suicidio no va a ser un delito si el acto es realizado por un médico. Entonces al igual que la eutanasia queda siendo un acto exclusivamente médico”, explica Mónica Giraldo, directora ejecutiva de la Fundación por el Derecho a la Muerte Digna.
A diferencia de la eutanasia en la que es el médico quien causa la muerte al paciente, en el suicidio asistido se dan los medios para que sea el propio paciente quien de el paso. Hasta el momento, las penas por ayudar al suicidio iban de 32 a 108 meses de cárcel.
Para muchos colombianos, como José Gómez, residente en Bogotá, se trata de un avance en derechos: “La persona tiene derecho a morir dignamente, pues le está dando esa oportunidad. Significa un avance y sobre todo está mandando un mensaje a la sociedad, ese mensaje a la sociedad es que las personas tienen derecho también a escoger y a elegir en un momento dado como y en qué momento debemos morir.”
Otros como Carmen Vivas, consideran que se trata de un error: “Pienso que no somos ningún ente, el cual tengamos en nosotros el poder, la potestad, de decidir entre la vida y la muerte. Creo que nosotros debemos o pertenecemos en este caso a una creación divina de Dios, en donde el estipula en momento en que llegamos y también estipula el momento en que nos vamos.”
Colombia también fue el primer país de Latinoamérica en despenalizar la Eutanasia, y es uno de los pocos del mundo donde es legal.