Qué muestran las primeras imágenes tomadas por el James Webb Space Telescope

– “Este es un telescopio para el mundo. La comunidad científica debe tomar este increíble instrumento y convertirlo en conocimiento”.

– “El detalle de estas imágenes es fantástico. Funciona mejor de lo que pensábamos. Es asombroso”.

– “Tenemos acceso a los espectros de todas las moléculas posibles y es notable la exactitud de los espectros. Podremos decir, por ejemplo, cuántos átomos de oxígeno hay en un objeto específico”.

– “Las imágenes son una pieza de arte…Van más allá de lo que aprecia mi mente científica”.

– “Sentimos orgullo no solo por el equipo que lo logró, sino por la humanidad en su conjunto, por el hecho de que cuando queremos podemos hacer maravillas como ésta”.

Después del “aperitivo” ofrecido ayer por el presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, estas son solo algunas de las frases que científicos de la NASA y la Agencia Espacial Europea lanzaron hace unas horas en la conferencia de prensa durante la cual se presentaron las primeras cinco imágenes tomadas por el James Webb Space Telescope. Aunque advirtieron que se trata solo del comienzo, de un ensayo general para ver cómo funciona, también subrayaron que es difícil prever lo que llegará a develar este magnífico instrumento. “Esta es solo una primera mirada”, dijeron.

De acuerdo con lo anticipado hace algunos días, los objetivos de este “catálogo de muestra” fueron la Nebulosa del Anillo, distante a unos 2000 años luz de la Tierra y en cuyo interior se crean estrellas y planetas; la Nebulosa Carina, una enorme extensión de gas y estrellas que incluye algunos de los sistemas estelares más masivos, la más grande y brillante que vemos en nuestro cielo; el Quinteto de Stephan, un cúmulo compacto de galaxias descubierto en 1787, dos de las cuales están en proceso de fusión y un exoplaneta conocido como WASP-96b, un gigante gaseoso que gira alrededor de su estrella una vez cada 3,4 días y en cuya atmósfera se pudo detectar la presencia de agua.

Para Alejandro Gangui, investigador del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y el Conicet), “Las fotos son impactantes, increíbles, y la ciencia necesaria para producirlas es espeluznante. Lo que tiene de bueno este telescopio es que por sus capacidades va a poder ver galaxias mucho, mucho más lejanas [y por lo tanto, más antiguas] que los anteriores. El hecho de escanear el cielo en el infrarrojo es clave, ya que por el corrimiento al rojo de la luz en su viaje por el universo se muestran mucho mejor. Además sus instrumentos en esa parte del espectro le permiten penetrar mejor el polvo y el gas que oscurece estas zonas de formación estelar. Por ejemplo, en la nebulosa de Carina, permite ver objetos más débiles, más lejanos. Era necesario mandarlo al espacio porque el dióxido de carbono y el vapor de agua de la atmósfera terrestre filtran justamente el infrarrojo y nuestra atmósfera irradia en [esa parte del espectro electromagnético], por lo que habría contaminación”.

El astrónomo uruguayo Gonzalo Tancredi, de la Universidad de la República, destaca que este nuevo instrumento ofrece “una mejora sustancial en las capacidades de observación, lo que traerá aparejado nuevos descubrimientos; ya que cada vez que damos un salto tecnológico de este tipo aparecen objetos y fenómenos nuevos”.

Y agrega: “Entre los objetivos del James Webb está la observación de sistemas planetarios en formación y posiblemente planetas. Observa en una región muy apropiada del espectro para captar estos objetos fuera [de nuestro vecindario cósmico], y también los planetas y cuerpos menores del Sistema Solar”. (Aunque los científicos del James Webb no mostraron esas imágenes, durante la conferencia de prensa comentaron que ya lo habían apuntado hacia Júpiter…)