El humorista correntino Eduardo “Wali” Iturriaga, quien sin pisar la pantalla chica pasó de ser un fenómeno en redes sociales a convertirse en el artista más convocante de esta temporada en Mar del Plata con su espectáculo “La Jenny…claro que sí”, aseguró que “cada noche se genera algo muy parecido a un recital de rock”.
“La gente va con carteles o vestida con pelucas de La Jenny y para mí es increíble este fenómeno, en el teatro me dicen que estamos haciendo historia”, dijo Wali a Télam desde Mar del Plata, donde acaba de sumar una función más a las cinco que hace por semana en el Teatro Neptuno.
La alta demanda en las boleterías llevó a que a las habituales funciones de jueves, viernes, sábado, domingo y lunes a las 22, se le sumara este sábado otra a la medianoche. Además, este miércoles 25 también habrá doble función.
Nacido y criado con el humor de “Videomatch”, Iturriaga tenía hace cuatro años una vida completamente distinta, que giraba alrededor de la cadena de gimnasios de su familia, en la que se dedicaba a ser instructor de crossfit y zumba.
Pero su costado artístico, que hasta ese momento lo había acercado a la música, comenzó a colarse en pequeños sketches de personajes que interpretaba en el contexto de acciones solidarias en barrios humildes o merenderos, hasta que un día, enamorado del ida y vuelta con la gente, no tuvo más ganas de volver al gimnasio.
“De golpe me ofrecieron ir a hacer lo mismo en un boliche y después me empezaron a contratar en festivales”, contó.
Así de intempestiva fue la llegada de “Jenny la paraguaya”, el personaje de una mujer a veces frontal y otras irritada con un marido sumiso que lo hizo explotar en las redes sociales, donde ahora tiene más de 12 millones de seguidores entre Instagram, TikTok, Facebook y YouTube.
“Un día me puse una peluca rubia, empecé a improvisar sobre el grupo de WhatsApp de las mamis y fue un furor”, recordó sobre aquel punto de quiebre.
Desde entonces, como un fenómeno inexplicable para él, llenó cada uno de los lugares en los que se presentó: “Fue una explosión desde el primer día, lo que a veces me hace perder la dimensión de las cosas, porque siempre batí récords y agoté localidades, entonces si no vendo dos butacas ahora término deprimido en el camarín preguntándome por qué la gente no me quiere más (se ríe)”.
– ¿Esperabas este fenómeno?
– Yo venía haciendo gira por la costa, con dos o tres shows en enero y otros en febrero en el Teatro Radio City, que tiene 1.400 localidades, y siempre llenábamos. Pero esto era distinto: era un desafío hacer algo todos los días. Por eso cuando Carlos Rottemberg nos propuso el Neptuno, su teatro más grande con 1.100 localidades, nos preguntamos cómo íbamos a hacer, porque además teníamos una expectativa alta porque nos decían que era el teatro donde estuvieron Alberto Olmedo, Antonio Gasalla, Susana Giménez y fue una locura desde que arrancamos. En el teatro me dicen “están haciendo historia”.
– ¿A qué creés que se debe?
– La gente tiene muchas ganas de reírse; se siente identificada, siempre teniendo en cuenta que mis personajes son caricaturas, exageraciones. Alguien conoce a alguien así o alguna vez se sintió así con su pareja, con una tía, vive situaciones de la vida cotidiana con los hijos, la escuela, los grupos de WhatsApp. Y la gente tiene muchas ganas de divertirse. Después de la pandemia hubo un cambio radical en lo que va a buscar la gente al teatro. Y pasa algo raro, los menores de 15 años son fanáticos míos en las redes y entonces se termina viendo esa cosa muy rara de la familia completa en el teatro.
– ¿Cómo es el trabajo de alimentar las redes y pensar sketches cotidianamente?
– Estoy básicamente todo el día pensando en eso, viendo qué se me ocurre, estoy con una intensidad de tres videos por día y eso te demanda un montón de tiempo porque tengo que pensar, escribir, pero no me quejo, es lo que me gusta.
– ¿Quiénes son tus referentes en el humor?
– Tengo 40 años y me crié viendo el humor de “Showmatch” y esos sketches están siempre presentes en mi cabeza. Hoy tengo la suerte de poder estar hablando con un montón de gente que admiraba. En cuanto al teatro, sin dudas tengo a Martín Bossi como referente y que ahora me esté mandando mensajes diciéndome que la estoy rompiendo o dándome consejos. Es una locura. Me crié viendo todo eso, soy re cholulo y me parece re loco estar del otro lado.
– Estás llenando el teatro sin haber pasado por la tele, ¿sigue siendo un espacio deseado por vos?
– Sí. Estoy en desacuerdo en eso que dicen que la tele murió o que va a morir. Para mí es súper importante, sé que ahí está la pata que me falta; aparte para tener un poco más de respiro y que no todo pase por mí. El anteaño pasado Marcelo Tinelli me escribió para que estuviera en el programa y no pude porque estaba de gira, pero un día fui a la previa de Barby Franco, salí cinco minutos y la repercusión fue terrible. En algún momento me gustaría hacer algo, me crié con eso y soy un defensor de ese medio, que para mí tiene para largo todavía y se va a saber reinventar.