Por Cintia Romero (Nueva Mayoría Mdp)
Ayer conocimos los datos del INDEC del último trimestre del 2022 que ubica a Mar del Plata, nuevamente, en el podio como la ciudad con mayor desocupación de todo el país.
Con el 8,8 %, volvió a ser noticia por el nivel de desempleo más alto y esto se traduce en 28 mil personas que no acceden a una fuente de trabajo. Pero de alguna manera u otra, son más de 120 mil habitantes que se encuentran bajo alguna problemática laboral.
A quienes caminamos y recorremos los barrios de la ciudad no nos sorprende la noticia. Sabemos que el Intendente Guillermo Montenegro no escucha las demandas del pueblo, ni genera políticas que mejoren la calidad de vida de vecinos y vecinas. La gestión municipal se ha abocado a generar negocios con los empresarios amigos del poder, usufructuando espacios públicos y reproduciendo las desigualdades en nuestra ciudad.
Como siempre decimos, hay dos Mar del Plata: la del centro y la de la periferia. Es decir, la que se conoce como “Ciudad Feliz”, y la de las necesidades y la exclusión. Montenegro mira sólo la primera. Para él no existimos, y si nos expresamos, somos catalogados como delincuentes.
Por ello, en la ciudad no hay políticas de empleo, ni programas de viviendas sociales, ni impulsos para el desarrollo de los barrios vulnerables de la ciudad. La salud municipal viene en caída desde la gestión anterior de Arroyo, se ha desfinanciado y las salitas cada vez están peor. Esto afecta al pueblo que allí se atiende, pero también a los y las trabajadoras de la salud que hacen lo que pueden con lo que tienen.
La situación del transporte público de pasajeros también es otro tema sensible y que afecta, principalmente, a quienes vivimos lejos del centro. En lo que va de su gestión, y por medio de decretos, el pasaje aumentó más del 500% y el servicio cada vez es más deficiente.
Nos alarman los datos del INDEC, pues detrás de los números hay personas que no tienen trabajo, ingresos estables ni posibilidades de sostener a sus familias. Instamos al intendente Montenegro a tomar cartas en el asunto y planificar políticas destinadas a la mayor parte de la población.
Las carreras de motos en la costa, las bicisendas construidas y el bacheo de calles en campaña electoral no van a poder tapar los problemas que tenemos miles de marplatenses que hoy están sin trabajo.