El expresidente brasileño Jair Bolsonaro aseguró hoy que no tuvo vinculación con el intento de golpe de Estado que seguidores suyos perpetraron el 8 de enero pasado contra el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que cree que no será detenido.

“Nadie podrá encontrar una acción mía fuera de los límites de la Constitución. No sería después de la segunda vuelta electoral (de 2022) que yo iba a hacer eso (dar un golpe). Mucho menos el 8 de enero cuando yo no era más nada, estaba fuera de Brasil”, dijo Bolsonaro al diario Folha de Sao Paulo en un hospital privado de San Pablo, donde fue operado ayer.

El líder ultraderechista, inhabilitado hasta 2030 para participar de las elecciones por haber denunciado falsamente ante potencias extranjeras que el sistema electoral podría permitir un fraude, rompió el silencio luego de que su exedecán y ayudante en la presidencia, teniente coronel Mauro Cid, detenido desde el 3 de mayo, firmó un acuerdo para convertirse en delator sobre delitos cometidos dentro del Palacio del Planalto.

“Desde que asumí como presidente fui constantemente acusado de querer dar un golpe, visto como estaba confirmado mi gabinete (presencia inédita de militares) y mis posiciones históricas como legislador (de apoyo al golpe de 1964)”, explicó Bolsonaro, en el día en el que Supremo Tribunal Federal inició el juicio contra 4 de los 1.390 denunciados por el asalto a la sede de los poderes en Brasilia.

Bolsonaro dijo que sería un abuso de poder del Supremo Tribunal Federal (Corte Suprema) -las causas están en manos de Alexandre de Moraes, el magistrado a quien el expresidente advirtió en 2021 que no cumplirá sus sentencias- que pueda ser detenido por las causas en las cuales se lo investiga, como el intento de golpe, fraude en su libreta de vacunación o robo de joyas de la presidencia para venderlas en casas de subastas para lucro personal.

“Dentro de la ley no vislumbro eso (ir preso). Le pregunto a mis abogados y ellos me dicen que solamente si eso es una medida por la fuerza. Tendría que ser juzgado antes. ¿Por qué debería ser detenido preventivamente? ¿Por qué? No estoy obstruyendo investigaciones, no estoy conversando con otros investigados, no estoy conspirando nada con nadie. Nuestros procesos deben ser en la primera instancia y no en la corte, donde no hay apelación para mi”, aseguró.

El mandatario ya fue convocado a declarar cinco veces ante la Policía Federal pero la última vez, a inicios de septiembre, se negó a hablar en medio del escándalo provocado por la decisión de Cid, hijo de un general retirado amigo de Bolsonaro, de firmar una delación premiada.

“Si sacan el tema de los regalos de la Presidencia (vendidas por Cid en EEUU) y el tema del 8 de enero, no hay nada para investigar en mi Gobierno”, aseguró el ultraderechista.

Bolsonaro decidió internarse el lunes pasado para operarse de una hernia de hiato y de otras secuelas del atentado con cuchillo que sufrió en setiembre de 2018, y el mismo día Cid salió con su tobillera electrónica en libertad en Brasilia.

“Ahora, en mis días de reflexión, me pongo en el lugar de Cid. Y tengo un pensamiento sobre él: tengo la intención –y brevemente, si Dios quiere– de darle un abrazo. Esto es todo lo que puedo decir”, aseguró, al fustigar la investigación en contra de su excolaborador.

“Cid es una persona decente. Es buena persona. No va a inventar nada, porque diga lo que diga tendrá que demostrarlo. Existe la intención de vincularnos con el 8/1 de alguna manera. Y Cid no tiene nada que decir al respecto porque no hay conexión entre nosotros y el 8/1. Me retiré (después de la derrota ante Lula), estuve dos meses en el Palacio de Alvorada, visité la Presidencia sólo algunas veces. Recibí pocas personas”, aseguró.

Bolsonaro dijo que Cid recibió presiones para someterse a convertirse en delator y sostuvo que no tenía acceso a las decisiones de la presidencia por ser un teniente coronel, poniendo como ejemplo que no participaba de las reuniones con figuras como el expresidente estadounidense Donald Trump o el mandatario ruso, Vladimir Putin.