El Senado francés aprobó el proyecto de ley de inmigración promovida por el Gobierno, después de que la derecha haya introducido enmiendas para controlar la llegada de inmigrantes y agilizar las deportaciones, que no figuraban en el proyecto inicial, y que ahora se presentará a la Asamblea Nacional (Cámara baja) a partir del 11 de diciembre, para revisar la reforma.
Los senadores, dominados por una alianza entre la derecha y los centristas, votaron 210 a 115 a favor de este texto después de reforzar numerosas medidas de su vertiente represiva, destinadas a facilitar las expulsiones de extranjeros “delincuentes” y simplificar los procedimientos de expulsión, consignó la agencia de noticias AFP.
Así, los legisladores endurecieron los criterios de reagrupación familiar y de acceso a la nacionalidad, condicionaron las ayudas sociales para los extranjeros a contar con cinco años de residencia y suprimieron la Ayuda Médica del Estado para las personas sin papeles.
En tanto, la regularización temporal de los trabajadores en situación irregular en sectores con escasez de mano de obra, que la derecha quería eliminar, finalmente se mantuvo en el texto, pero precisando que se trataría caso por caso y de “forma excepcional”.
Ante las críticas de la ultraderecha, el Gobierno de Emmanuel Macron busca con esta reforma, que agiliza las expulsiones, demostrar “firmeza” contra la inmigración, pero carece de la mayoría necesaria en el Parlamento bicameral para sacarlo adelante sin cambios.
El presidente del grupo del oficialista Los Republicanos en la Asamblea, Olivier Marleix, mencionó que su partido, representante de la derecha moderada en Francia, tiene previsto “seguir endureciendo” el texto en próximos trámites, si bien admitió que el alcance de cualquier medida será “limitado” si no llega acompañado de una revisión de la Constitución, informó el vespertino Le Monde y reprodujo la agencia de noticias Europa Press.
Por este motivo, el oficialismo se encuentra dividido.
“Es un texto importante, con algunas partes modificadas, que refleja firmeza y una medida de regularización de trabajadores” sin papeles, expresó en redes sociales el ministro del Interior, Gérald Darmanin, a la espera de que la Asamblea Nacional pueda “enriquecer” también el proyecto.
El diputado Sacha Houlié, representante de la corriente de centro-izquierda, anticipó que restablecerían “el proyecto inicial”.
Por su parte, las asociaciones de ayuda a los migrantes se pronunciaron “escandalizadas” por este “festival de los horrores” y llamaron a la Asamblea Nacional, a dar marcha atrás a este endurecimiento de la política migratoria por el Senado.
El próximo paso parlamentario llegará el 11 de diciembre, sin que se descarte la posibilidad de que el Ejecutivo pueda forzar la aprobación sin una votación en caso de no lograr una mayoría suficiente.