El miércoles 22 mayo nos enteramos de una noticia que sorprendió a propios y extraños: no había gas y comenzaron los cortes. Los primeros afectados fueron los taxistas y usuarios de gas para sus autos. El motivo: una ola polar anticipada para esta época del año que aceleró el consumo domiciliario y así quedo en evidencia la impericia del actual Gobierno Nacional que suspendió las obras públicas y con ello también afectó la finalización de las tareas complementarias del gasoducto Néstor Kirchner. Esa decisión le restó la capacidad de transporte desde Vaca Muerta.
El viernes supimos que un buque de Petrobras ya estaba amarrado para descargar gas, una solución de emergencia, pero con un problema: el pago propuesto por el gobierno argentino no estaba bien conformado y lo que se resolvía con un llamado telefónico a los pares brasileros no pudo ser porque el presidente Milei continuó agrediendo a los socios históricos y estratégicos de nuestro país; cuando los necesitamos, los teléfonos sonaron, pero nadie atendió.
Para estas obras complementarias hacían falta cerca de 50 millones de dólares a principio de año, el gobierno profundizó un ajuste salvaje sin tener en cuenta las necesidades estratégicas de nuestro país y confundió inversión con gasto. Así se frenaron esas obras y se ahorraron 50 millones de dólares, pero no tenían resuelto el abastecimiento. Ante la falta de gas salieron de emergencia a comparar combustible a un costo de 500 millones de dólares aproximados; el “no hay plata” nos llevó a ponerla toda junta en un caso de imprevisión y falta de gestión muy pocas veces visto en la historia del país.
Disputas para el futuro
“Vaca Muerta es el nombre de una formación geológica con características determinadas que interesan especialmente por su contenido de gas y petróleo”, una de las cuencas de Shale más importantes del mundo. Se generan ahí 134 millones de metros cúbicos diarios y abastece al 50% del país. Una cuenca que esta explotada en un 9%. Con previsión, gestión y obras, la producción de gas no solo alcanzaría para todos los hogares e industrias, sino que nos permitiría dejar de importar para comenzar a exportar.
Para ello, en nuestro país, desde hace unos años se avanza en una propuesta de inversión en el Puerto de Bahía Blanca; proyecto de la empresa Petronas de Malasia y declarada de interés por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. La firma eligió ese lugar por diferentes condiciones naturales y por el desarrollo de una ciudad que puede permitir una inversión de esta envergadura. Es por esto que Petronas reservó junto al Gobierno Provincial 1.200 hectáreas para este emprendimiento. Dicha inversión oscila en 5.000 millones de dólares al comienzo y un desembolso final de entre 40 y 50 mil millones de dólares para el año 2030.
La propuesta avanzaba. pero hace unos días se conoció la intención del gobernador de Rio Negro, Alberto Weretilneck, de sacar por la costa de su provincia este GNL. Lo que parecía una jugada “caída del catre”, en las últimas horas cobró relevancia. Punta Colorada sería el lugar elegido para torcer la idea de Petronas y lograr arrebatársela a la Provincia de Bueno Aires. El lugar no tiene población establecida, lo más cercano es Sierra Grande a 8 kilómetros con una población 7.400 habitantes y cerca del mar, un pequeño páramo patagónico.
El gobierno de Axel Kicillof hace tiempo que viene trabajando fuerte por esta inversión. Pero en el camino no solo apareció Javier Milei, sino otros que con ambiciones propias pusieron en jaque esta obra; Pichetto y Oñate, junto con Weretilneck, son algunos de los que ya maniobran para tensar el vínculo con los malayos y pusieron en riesgo la inversión.
La instalación de esta megaobra no es un detalle menor para los tiempos que vienen y lo que significa para nuestro país. Como ya se dijo, si sumamos la finalización del Gasoducto Néstor Kirchner más esta obra en el Puerto de Bahía Blanca nos permitirá dejar de importar gas y ya no será necesario salir corriendo como hizo este gobierno a gastar 500 millones de dólares de la nuestra para comprar combustible producto de su impericia y falta de gestión.
El desarrollo de la Argentina es el tema de discusión, para ello uno de los aspectos que necesitamos resolver en forma eficaz y eficiente es nuestra matriz energética.
La imprevisión, impericia o los negocios desesperados de otros pueden terminar por frenar las inversiones necesarias para contar con el abastecimiento suficiente de gas.
La respuesta a la pregunta inicial esta saldada: “no falta el gas, sobra”.
MdpYa