La catedral de Notre Dame reabrirá este sábado sus puertas para acoger a decenas de líderes procedentes de todo el mundo en el marco de una acto ceremonial presidido por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, cinco años después de que se produjera el trágico incendio.

Allí estará también el presidente de Francia, Emmanuel Macron, pero compartirá escenario con Donald Trump, el mandatario recientemente electo en los Estados Unidos y Jill Biden, la actual primera dama de aquel país.

Se estimaba en un centenar la cantidad de referentes de todo el mundo que asistirán, aunque un gran ausente será el Santo Padre de la Iglesia Católica, Francisco.

  • La tarde del 15 de abril de 2019, las llamas se apoderaron de este magnífico edificio del siglo XII, cuya construcción duró más de 200 años.

Como Francia está sumida en la incertidumbre política tras la dimisión forzada del primer Ministro Michel Barnier, se organizó un imponente operativo de seguridad.

Ulrich hablará en lo que se considera la resurrección de la catedral tras cinco años de restauración y también se escuchará la palabra de Macron.

El domingo 8 de diciembre de 2024 se celebrará la primera misa en la catedral restaurada, que tendrá como punto culminante la consagración del altar mayor. Entonces, podrán ingresar los fieles, tras los actos oficiales, en la denominada “octava de reapertura”.

Este sábado 7 de diciembre, Macron se dirigirá a numerosos jefes de Estado y de gobierno, dignatarios, mecenas e invitados conjuntamente por el Estado y la diócesis, junto a representantes de todas las parroquias parisinas, miembros del cabildo catedralicio y el clero de París.

Ritual de apertura

Durante el ritual de apertura de las puertas, el arzobispo golpeará con su báculo la puerta cerrada de Notre Dame de París, se informa en el sitio oficial de la catedral, que “responderá” cantando tres veces el Salmo 121. Tras años de silencio, la catedral volverá a resonar con cantos de alabanza y, al tercer canto, las puertas se abrirán.

Los detalles de una reconstrucción en tiempo récord

La catedral de Notre-Dame-de-Paris está iluminada por más de 120 techos de cristal que datan del siglo XIII al XX.  Durante el incendio, la bóveda pudo cumplir su función de escudo aislando más de 3.000 m² de superficies de vidrio y los bomberos lograron controlar la acción del agua para preservar la totalidad de las vidrieras.

También fueron limpiados y se encontraron colores olvidados, destacó el sitio RFI. Ese medio remarcó que la restauración se logró en tiempo récord.

La flecha, que cayó durante el incendio, está considerada una obra extraordinaria en sí misma. Las ocho campanas, dos de las cuales sufrieron el calor durante el incendio, también fueron restauradas y encontraron su lugar en el campanario norte de la catedral.

Actualmente el interior luce luminoso tras las limpiezas de muros, bóvedas y decoraciones, que sacaron a relucir la luz el rubio de la piedra.

El suelo recuperó el brillo del damero blanco y negro y el mobiliario litúrgico es ahora de bronce marrón. El órgano recuperó su esplendor: cubiertos de polvo de plomo, sus 8.000 tubos fueron reensamblados uno por uno.

Un sistema contra los incendios

También se instaló un sistema para combatir “directamente” que evite la reproducción del escenario de 2019. Sólo la fase de reconstrucción de esta “obra del siglo” habrá costado 550 millones de euros, procedentes de 846 millones de donaciones. (NA)