- Por Gustavo Casciotti
Desde el lunes 27 de enero el gobierno dispuso la baja transitoria de las retenciones a las exportaciones sobre los principales cultivos, que tendrán una reducción hasta el 30 de junio de hasta 7 puntos.
Más allá de constituir un beneficio para el sector agrícola en el marco de la baja de los precios internacionales y los riesgos de sequía, cabe efectuar algunas consideraciones adicionales.
Se trata de una medida sorpresiva que pareciera no haber sido consensuada siquiera con el sector y que tampoco estaba prevista en el proyecto de ley de presupuesto 2025 oportunamente enviado al Congreso.
Claramente surge como un manotazo de ahogado del Gobierno ante la incapacidad de acumular dólares, el verdadero talón de Aquiles de esta gestión, aspecto criticado por el propio staff técnico del FMI, poniendo en jaque el modelo cambiario y las chances de un nuevo acuerdo.
¿Por qué no se acumula?
Los u$s 18.900 millones de superávit comercial del 2024 en realidad se diluyeron vía el acceso a dólares financieros por hasta el 20% de las exportaciones, que se llevó puesto $ 18.000 millones.
El BCRA viene interviniendo permanentemente en el mercado para contener la brecha y evitar que el precio del dólar se dispare. Sólo en la primera quincena del mes dilapidó u$s 619 millones para neutralizar la demanda de la divisa.
Además, si bien durante el 2024 las importaciones estuvieron a la baja, afectadas por el desplome del PBI, ya en diciembre empezaron a dar señales de recuperación a partir de la baja de aranceles, flexibilización de condiciones y un dólar claramente atrasado.
En paralelo, una tasa de devaluación que a partir del 1° de febrero pasará del 2 al 1%, profundiza esta situación, ya que torna cada vez menos competitivos a los productos argentinos para exportar y por el contrario, más apetecible los productos importados, con la consecuente salida de dólares.
También se viene experimentando una fuerte sangría vía el turismo emisivo que sólo en el 2024 significó la pérdida de cerca de $5.000 millones, tensionando el balance de pagos.
La campaña agrícola 2025 se estima en cerca de $30.000 millones, de los cuales en el primer semestre ingresarían sólo u$s 11000. La zanahoria de la baja de las retenciones apunta a tentar el ingreso de los restantes u$s 19.000 y el saldo no vendido de la campaña anterior antes del 30/6, pero como el ingreso de divisas deberá efectuarse a los 15 días de la declaración de venta, el costo de la prefinanciación hasta el pago del importador, relativiza el beneficio y puede retacear los ingresos.
La contrapartida de esta maniobra implica que el Fisco resigne una cuantiosa cifra de ingresos que jaquearán el tan ponderado superávit fiscal y obligarán a profundizar el recorte de gastos, que en función de lo ocurrido en el 2024, lejos de hacer más eficiente al Estado, seguirá recortando jubilaciones, salarios, obra pública, salud y educación, con claro impacto recesivo.
- ¿La baja de retenciones sólo protege a un sector o augura más ajuste en desmedro del castigado mercado interno del que dependen nuestras pymes?