El 1° de mayo siempre trae en su conmemoración el recuerdo de las viejas luchas, pero, los nuevos tiempos exigen repensar nuestras ideas ante el mundo cambiante. Todo lo pensado está quedando viejo, caduco y obsoleto; todos los temas objetivos que fueron banderas históricas, se están yendo junto con el crepúsculo de la revolución industrial.

De la misma forma que la modernización de los medios de producción, cambiaron el mundo poniendo a las clases sociales en disputa por los medios y la renta de la producción, hoy, estamos en la transición de un nuevo modelo económico y social que está moviendo los ejes del debate, dejando al pensamiento fosilizado, disputando por cosas que ya no existen o que están en vía de desaparición.

Las conquistas sociales comenzaron un paulatino pero contante retroceso y no parece encontrar las respuestas prácticas, ni teóricas; hoy los trabajadores no solo se enfrentan a la explotación, también se enfrentan al descarte, puestos en la disyuntiva de estar mal o quedar afuera.

El pensador camerunés Achille Mbembe afirmó: “… Hoy todos somos negros en potencia. Somos susceptibles de ser tratados como un objeto. Durante el advenimiento del neoliberalismo, la distinción entre blancos y negros quedó abolida de facto. La economía capitalista designa que una parte de la población es superflua. Y luego la trata como tal, sometiéndola a riesgos mayores que al resto —como los ciudadanos de Flint, que bebieron agua contaminada durante años—; exterminándola en guerras; o metiéndola en prisiones, instituciones privatizadas en muchos lugares, que deben generar beneficios”….

El fin del mundo mecanizado, trae intrínseco la pérdida de valor de la fuerza del trabajo y dicho proceso si bien está en desarrollo, el cambio es irreversible. Ya se observa, como aquellos trabajos que llamamos de calidad, que no son otros que los vinculados con las actividades que producen mayor plusvalía, ya están automatizados o semi automatizados. Viendo la evolución de la tecnología, claramente podemos deducir que se impondrá por sobre todo lo que conocemos, de la misma forma que los tanques de guerra, se impusieron sobre la caballería.

Por lo expuesto, se ve un panorama sombrío y es así porque lo que se observa es un mundo que desaparece. Pero al invierno de la revolución industrial, llega la primavera del nuevo tiempo y para el nuevo tiempo hay muchos que son optimistas, es el caso del ex líder de Microsoft , Bill Gates, que afirma: “…..con la llegada de los robots no todo son malas noticias.

Este movimiento permitirá que los humanos se liberen de cargas de trabajo que al final afectaban la salud física y mental. Esto nos dejará ser partícipes en áreas que ahora mismo están siendo descuidadas, como la educación o el cuidado de ancianos o enfermos, que son tareas que requieren empatía y comprensión humana….”. Esta idea es la disparadora de nuevas preguntas que nos permitirán entender los nuevos tiempos, por la manera como se entiende, se actúa y resuelve.

Si tuviéramos a Bill Gates en frente seguramente le preguntaríamos, este paraíso ¿cómo se financia?, pues esta pregunta ya la respondió: “….si las compañías están convencidas en reclutar robots como fuerza laboral, esto representará consecuencias y no sólo para los humanos, sino también para las mismas compañías, ya que éstas deberían pagar los mismos impuestos, como si tuviesen humanos.

Esta lógica obedece a que las compañías que están optando por robots seguirán aumentando sus ingresos al reducir costes y aumentar la producción, por lo que cada robot debe ser gravado a un nivel similar, e incluso por encima a la de un trabajador humano….”. En el mismo sentido, el político socialista francés Benoit Hamont, plantea que los robots paguen impuestos para financiar un ingreso mínimo para todos.

Sin embargo, los nuevos tiempos nos traen un viejo conflicto, la propiedad privada, apareciendo la pregunta obvia del pensamiento domesticado por el capitalismo, ¿es justo que una empresa que compra un robot, tenga por eso que aportar un dinero a gente que no tiene ninguna vinculación con la empresa?, a esto le sale al cruce el dirigente socialista argentino Mario Mazzitelli, que interpretando el nuevo tiempo, saca de la disputa al medio de producción y en su lugar pone al conocimiento y su renta como propiedad heredada a la humanidad (Herencia Difusa) “……

Podríamos definir herencia difusa, como aquellos bienes materiales e inmateriales, provenientes de generaciones anteriores, que no tienen un heredero inmediato. Estos bienes, conocimientos y valores, existen en nuestra sociedad, tenemos acceso a ellos y nadie los podría reclamar como propios. No son de alguien en particular…..”, el planteo de Mazzitelli, en resumidas cuentas, es que la tecnología es la suma de conocimientos, por lo tanto, los conocimientos que son la base de un nuevo producto le pertenecen a la humanidad y es para la humanidad su renta, Mazitelli dice “……Para definir que constituye la herencia difusa,……es el conjunto de conocimientos y de bienes que heredamos y que tienen valor en sí mismo.

A su vez tiene una particularidad: sirven para crear nuevos bienes y servicios, es decir nuevos valores. Ellos están formados por parte del valor de los conocimientos y bienes provenientes de la herencia difusa….”.

Claramente vivimos una crisis de transición, donde los poderes fácticos que controlan el poder económico están en pugna en el nuevo orden, la principal batalla se da con el sistema previsional.

El poder económico se aferra en los viejos conceptos de Sistema Solidario de Reparto, a sabiendas de que este concepto fue idealizado para una estructura económica que está muriendo y llevando a la marginalidad social a sus beneficiarios, a tal punto el Sistema Solidario de Reparto está en crisis, que lo recaudado por aportes no alcanza a cubrir el 60% de los haberes a pagar, a pesar de haber perdido el 82% móvil en 1968, por lo que es compensado con aportes de tributos, ganancias e IVA que aportan el 20% de su recaudación al ANSES, poniendo al sistema previsional compitiendo con los Estados Provinciales por los fondos coparticipables, los acreedores de la Deuda Externa y las Empresas Privatizadas. En dicha pelea, los jubilados nacionales pierden ingresos en la llamada Reforma Previsional, como así también los jubilados del Banco Provincia, en principio y con el objetivo puesto, en el resto de los sistemas jubilatorios.

En la batalla previsional, los poderes fácticos responsabilizan al plan de Moratoria Previsional, por el déficit fiscal, descalificándolos como beneficiarios legítimos del Sistema Jubilatorio, sin reconocerles, que fueron aportantes en los períodos de trabajo registrados, como así también de los impuestos que se aportan al sistema, como mínimo el IVA.

En el nuevo régimen económico, los conflictos no serán entre sindicatos y patrones; el gran teatro de operaciones, donde las nuevas categorías de clases resolverán sus conflictos, será en el campo político. Esto razona Achille Mbembe “…….Otro largo y mortal juego empezó.

El principal choque de la primera mitad del siglo XXI no será entre religiones o civilizaciones. Será entre la democracia liberal y el capitalismo neoliberal, entre el gobierno de las finanzas y el gobierno del pueblo, entre el humanismo y el nihilismo…. En este nuevo paisaje, el conocimiento será definido como conocimiento para el mercado.

El propio mercado será re-imaginado como el mecanismo principal para la validación de la verdad. Como los mercados se están transformando cada vez más en estructuras y tecnologías algorítmicas, el único conocimiento útil será algorítmico.

En vez de personas con cuerpo, historia y carne, inferencias estadísticas serán todo lo que cuenta. Las estadísticas y otros datos importantes serán derivados principalmente de la computación. Como resultado de la confusión de conocimiento, tecnología y mercados, el desprecio se extenderá a cualquier persona que no tenga nada para vender.”

El mensaje es claro, en el campo de la política se darán las batallas decisivas, unos como custodios de los intereses capitalistas, contra los que defienden los valores inherentes a la dignidad humana.

Pablo Aceto

Secretario General

Partido Socialista Auténtico Mar del Plata – Batán