La preocupación que se profundiza en Latinoamérica por el avance de la obesidad infantil no es una realidad que mantenga ajena a Mar del Plata: alrededor de un 30 por ciento de la población juvenil de la ciudad está atravesada por la enfermedad, lo que renueva la preocupación de las autoridades sanitarias.
La problemática fue uno de los principales ejes del último encuentro de ministros del G20 que tuvo lugar en la ciudad, y se planteó con mayor énfasis por parte del Secretario de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, quien llegó a diagnosticar un escenario de “catástrofe epidemiológica”. Según el funcionario, “por cada chico pobre con desnutrición clásica, hay cuatro chicos con sobrepeso y obesidad” en el país.
“Ahí se derivan los chicos para que sean abordados multidisciplinariamente por psicológicos, pediatras y nutricionistas”, comentó, y agregó, sobre la dinámica de procedimiento: “Los casos graves se derivan al consultorio de nutrición del Materno Infantil, donde estamos trabajando muy bien, con una historia clínica única”.
De La Colina señaló que el enfrentamiento de la problemática es “difícil” al reconocer que “no hubo grandes avances” en los últimos años. “Se hace lento, pero el abordaje lo estamos haciendo y somos conscientes de la realidad de esta epidemia que no es nueva pero sí que es grave porque deja secuelas”, aseveró, y recordó la predisposición que implica hacia enfermedades metabólicas crónicas, como la diabetes.
El funcionario, además, remarcó que la enfermedad atraviesa “tanto clases sociales bajas como altas” y fundamentó el foco del abordaje en la población juvenil para evitar “llegar a la adultez con la patología”. Nos va a llevar algún tiempo porque hace varios años se está hablando pero estamos haciendo un fuerte trabajo”, garantizó.