El Gobierno y las empresas trabajan en una adecuación de los marcos regulatorios. Habría pisos y topes al precio del gas, según se mueva el dólar. Ajustes trimestrales y otras coberturas.

El Gobierno desactivó el miércoles una nueva crisis política generada por las tarifas del gas, al cancelar la decisión de cobrar  24 cuotas retroactivas sobre las facturas a partir de enero para devolver a las petroleras los ingresos milonarios que no percibieron por el impacto de la devaluación.

Sin embargo, la situación que dio origen al conflicto está lejos de estar superada y por eso se analizan desde bandas cambiarias hasta coberturas con dólar futuro, en un contexto donde se mantendrían las tarifas atadas a la moneda extranjera. El trasfondo contractual del negocio gasífero es precario.

El Enargas, el ente que regula el sector, publicó el lunes 8 de octubre –una semana más tarde de lo previsto– los nuevos cuadros tarifarios que deben pagar los hogares.

La novedad vino con una suba promedio del 34% para los usuarios domiciliarios, con excepción de la Patagonia, la región que más gas consume por cuestiones climatológicas, que enfrentará un incremento medio del 102%.

La discusión sobre cuán pagables o no son las subas para hogares y comercios es, apenas, la punta del iceberg de la crisis. Puertas adentro de la industria, nadie alcaza a entender cómo, en más de tres meses –la corrida del dólar empezó en abril–, ningún funcionario del Gobierno se puso al frente de la negociación técnica y política para viabilizar una nueva actualización de las tarifas de gas.

Evidentemente, el fallo de la Corte que volteó los aumentos de 2016 no fue aleccionador. Lo concreto es que hoy los contratos que originaron la deuda millonaria en favor de las productoras –entre las que se destacan YPF, Pan American Energy, Total, Wintershall, Tecpetrol y Pampa Energía– continúan vigentes. Salvo por unas pocas excepciones, las petroleras aún no readecuaron esos documentos con las distribuidoras.

Tienen 20 días para hacerlo, porque a fin de octubre se facturará el gas consumido por los hogares en julio. El gas se liquida 75 después de entregado, que es cuando las distribuidoras empiezan a cobrar las facturas residenciales. Los contratos vigentes establecen que el precio del gas se expresa en dólares y se liquida al tipo de cambio del día anterior a la fecha de pago.

La única gasífera que se opuso a esa polémica condición fue EcoGas, controlada por accionistas locales como Guillermo Reca, Ronaldo Strazzolini y Nicolás Caputo. Pese a su cercanía al presidente Mauricio Macri, no lograron frenar la propuesta del ex presidente de Shell. Eso quiere decir que si el dólar vuelve a dispararse antes del 15 de diciembre (cuando se pague el gas despachado al sistema en septiembre), la deuda acumulada por las diferencias diarias se incrementará. Por eso, las empresas advierten que la deuda podría trepar por encima de los $ 20 mil millones.

Alternativas. El secretario de Energía, Javier Iguacel, deberá modificar cuanto antes el marco regulatorio si quiere desactivar esa bomba de tiempo. Un alto ejecutivo de la industria lo puso en estos términos: “El Ministerio de Hacienda comunicó que trabajará para cambiar la Ley 24.076 (del gas). Sería un error porque no hay tiempo para eso.

El marco normativo autoriza al Presidente a cambiar la regulación mediante un decreto si, previamente, el Enargas llega a un acuerdo con las distribuidoras para cambiar la regulación”.

En el Gobierno barajan dos alternativas para amortiguar el impacto del dólar en las tarifas. Una consiste en obligar a las petroleras a contratar una cobertura cambiaria en el mercado de dólar-futuro.

Al momento de la firma se contrataría una cobertura cambiaria en el Rófex, cuyo costo se incluiría en la tarifa. “El descalce de moneda implícito en la estructura del gas requería de algún tipo de cobertura cambiaria en mercados de futuros para minimizar el riesgo político/social de un overshooting cambiario.

Lo ideal hubiese sido hacerlo en diciembre de 2017. Hoy, con el tipo de cambio real alto, no parece el mejor timing”, explicó Federico Furiase, director de la consultora Eco Go.

Desde otra petrolera, en cambio, prefieren un sistema de dólar con tipo de bandas. “Los contratos seguirían expresados en dólares a un precio del gas y a una cotización negociada entre las partes.

Si el dólar fluctúa por encima de una banda del 10%, nosotros estamos dispustos a asumir la pérdida”, explicó el director de una de las mayores petroleras del país.

Desde una distribuidora plantearon, a su vez, la necesidad de ajustar las tarifas cada tres meses, en lugar de hacerlo en forma semestral. Sin embargo, desde el Enargas le restan chances a esa posibilidad por cuestiones de procedimiento.

Apoyo “contundente” de EE.UU. El Gobierno volvió a cosechar el respaldo de la Casa Blanca en el marco de su programa de reformas coordinado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Durante las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial, Nicolás Dujovne, mantuvo una reunión con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin.

En la reunión, Mnuchin reiteró su firme y contundente apoyo al programa económico que la Argentina está emprendiendo y las reformas implementadas para retornar a un sendero de crecimiento sostenible. Además, Mnuchin felicitó a la Argentina por la exitosa presidencia del G20.

Se trata de una nueva expresión de apoyo del gobierno de Donald Trump, clave durante este año para que la Argentina consiga rápido fondeo de parte de organismos internacionales de crédito.

Dujovne participa en Bali de las reuniones del ente financiero junto a la vicepresidenta del Banco Central, Verónica Rappoport.

Estados Unidos además, ha manifestado especial interés en Vaca Muerta, donde importantes empresas americanas han realizado giras en los últimos años para analizar posibles desembolsos, ya que poseen la tecnología para este tipo de inversiones, aunque esperan una mejora en los costos.

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