La desindustrialización de la Argentina, bajo las políticas de Cambiemos, sigue avanzando: la importante fábrica textil SportTech de la ciudad de San Martín, provincia de Buenos Aires, cierra sus puertas, dejando en la calle a 120 trabajadores. De esta manera, más de un centenar de familias quedan sin ingresos, en un contexto de aumento de tarifas y en el que casi nadie toma nuevos trabajadores dada la caída del consumo y la paralización del mercado interno.
La fábrica textil elabora indumentaria a pedido de Nike, Adidas y Puma (mayoritariamente camisetas de fútbol) y está conformada por 120 trabajadores que realizan tareas de costura, corte y administración, entre otros. Muchas de estas multinacionales dejaron de contratar a empresas locales para la confección de su ropa deportiva para pasar a importarla.
Sport Tech había presentado un pedido de quiebra en diciembre. Al comenzar la feria judicial ese procedimiento está en pausa.
Los trabajadores reclaman que la empresa les pague el retroactivo adeudado del aumento de abril, mayo y junio, los salarios de diciembre, las vacaciones y el aguinaldo. También sospechan que los dueños podrían vaciar la empresa llevándose sus maquinarias, ya que a partir del 4 de enero determinaron unas llamativas vacaciones compulsivas para todo el personal.
Hace tan solo dos meses, la empresa cerró su planta de Luján, dejando en la calle a otros 62 trabajadores.
Estos cierres no son aislados sino que se suman al de otras plantas ligadas a la multinacional alemana Adidas y al nuevo régimen de importaciones dispuestas por Cambiemos: Extreme Gear en agosto dejó a 600 trabajadores sin empleo; Paquetá cerró en noviembre en Chivilcoy empleaba a alrededor de 600 personas en la fabricación de zapatillas; Tessicot, con igual número de operarios y dedicada a la producción de camisetas de fútbol también se vio obligada a cerrar, informó kontrainfo.
El modelo económico de Cambiemos está enfocado exclusivamente en la exportación de materias primas agrícolas y especulación financiera. La producción industrial es un estorbo para el planteo liberal. Pero más allá de las teorías económicas, la explicación de este modelo se encuentra a nivel geopolítico: históricamente Argentina en particular y América Latina en general fueron obligadas a aceptar la División Internacional del Trabajo dispuesta por la oligarquía financiera supranacional, en la que solo unas pocas potencias se encargarían de la producción tecnológica-industrial y el Tercer Mundo debía dedicarse a importar manufacturas y exportar materias primas. Macri es un fiel servidor de dicha imposición.