Hace tres años que Leandro, un niño oriundo de Santó Tomé, está en lista de espera del INCUCAI para recibir un corazón. El nene nació con una malformación congénita y, en ese momento, los médicos le daban sólo tres años de vida.
Este año cumplio 10.
Sin embargo, en el último tiempo su condición se volvió más delicada.
“Mami, no me dejes morir”, le dijo días atrás a su madre, Carla Iberlucea Comparín.
“A su edad ya hay cosas que no se le pueden esconder. Por eso tiene cada vez más conciencia de lo que le pasa. De todas formas, tiene un ánimo y una fuerza de voluntad tremendos que le permiten seguir vivo.
Él me dice que quiere una vida normal, como la de cualquier otro nene. Su sueño es jugar al rugby, como su hermano mayor que tiene 16 años”, contó con pesar a Crónica.
Ahora ambos viven en el barrio de Almagro, a donde se mudaron para que el niño pueda realizar su tratamiento ambulatorio en el Hospital Garrahan.
Leandro fue diagnosticado con una hipoplasia de ventrículo izquierdo antes de nacer. Al enterarse, su padre no quiso hacerse cargo, por lo que Carla debió seguir sola con el embarazo.
“Hace tres años que estamos en lista de espera, estamos esperando que aparezca un donante”, afirmó y sostuvo que Leandro “puede hasta recibir un corazón de un adulto, un joven de 22 o 23 años”.
En este sentido, señaló que “se realizaron todas las pruebas, está todo listo para el día que aparezca el dónate”. “Tenemos una gran ilusión, sería un sueño hecho realidad, que mejore calidad de vida de mi hijo, el tiene la ilusión de hacer deportes y no puede”.
“Me ruega que no lo deje morir y eso es una responsabilidad enorme para mí, es una presión para que haga todo lo humanamente posible por él y para que pueda hacerse el trasplante. Los órganos no van al cielo. Le pedimos a toda aquella persona que pueda donar los órganos de un ser querido que se den la oportunidad de que su familiar siga vivo en otro niño”, concluyó.
MS/EA.Perfil