Una explosión en una toma clandestina de combustible en un ducto provocó hasta el momento 66 muertos en México. El hecho ocurrió anoche en un ducto de la petrolera estatal Pemex, en el estado de Hidalgo. Allí, cientos de personas tomaban combustible de una pérdida, que habría sido hecha por ladrones. La explosión causó además 76 heridos, según informó Omar Fayd, el gobernador de Hidalgo, quien estimó que hay 85 personas desaparecidas.
La gran mayoría de los heridos sufrió graves quemaduras y se teme que haya más cuerpos calcinados en los alrededores del ducto, donde se produjo una fuga que congregó a los habitantes de la zona con baldes y bidones. Se calcula que había cerca de mil personas al momento de la explosión.
Por Twitter, el presidente Andrés Manuel López Obrador se expresó por lo ocurrido. “Lamento mucho la grave situación que se padece en Tlahuelilpan por la explosión de un ducto”, indicó el mandatario en la red social. “Llamo a todo el gobierno a prestar auxilio a la gente en el sitio”, agregó.
Más tarde, en conferencia de prensa, López Obrador dijo que “de manera sincera, nos entristece lo sucedido, y también comentar a los familiares y transmitir a los familiares de los heridos que estamos dando atención especial en hospitales y que se está buscando salvar vidas”. Por su parte, Fayad dijo que fue imposible acordonar la zona de la explosión por la gran cantidad de personas alrededor.
Precisamente, el gobierno mexicano había encarado hace pocos días una campaña para frenar lo que se denomina huachicoleo, el robo de petróleo de las refinerías de Pemex, que afecta las cuentas públicas. En 2017, el estado mexicano perdió unos 3 mil millones de dólares por esta práctica. El huachicoleo se produce por la perforación de los ductos, como el de Hidalgo. El año pasado hubo 42 tomas por día en promedio.
El plan lanzado por el mandatario incluye el cierre de ductos por donde se transporta el combustible. La medida generó demoras en la distribución y desabastecimiento, con lo que el precio se encareció y debió así afrontar su primera gran crisis de gobierno desde que asumió el pasado 1º de diciembre, crisis que entra en una nueva etapa con la tragedia de Hidalgo.
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