Luego de casi dos años de ocupar la Secretaría de Hacienda del Municipio, a la cual había accedido propuesto desde la Provincia por el gobierno de María Eugenia Vidal, Hernán Mourelle ha sido removido del cargo por el Intendente Arroyo.
Han sido tiempos muy duros, signados por un estilo de gestión confrontativa, con permanentes denostaciones a los distintos sectores, ante la mínima crítica o posición alternativa a la lectura de la realidad del oficialismo más ortodoxo.
Tras el alivio que produce este momento, es necesario que todos reflexionemos acerca de lo que, para bien de nuestra ciudad, debe necesariamente venir.
Coincidamos en valorar los recursos humanos, los profesionales de las distintas áreas que formamos en nuestras Universidades e Institutos, dejando de apelar a foráneos que, lejos de aportar a la solución, se transforman en parte del problema.
Quedan escasos 83 días para el cambio de gobierno. Debemos desandar el camino del destrato y la falta de respeto, construyendo ámbitos de diálogo y hallando imprescindibles acuerdos, para que estos tiempos de transición sean fructíferos.
Para ello, el Intendente Arroyo deberá entender las instancias difíciles que estamos viviendo, recuperando la moderación e instruyendo a algunos de sus funcionarios, los más proclives a la belicosidad, a deponer este tipo de actitudes, pidiendo en algún caso disculpas públicas a quienes se ha agraviado de manera innecesaria.
Debemos demostrar que tenemos la madurez que la sociedad reclama, trabajando juntos en reparar los daños producidos y consensuando las posibles soluciones a las lógicas, y en algúnos caso urgentes, demandas ciudadanas.
Ojalá lo logremos.
Concejal Mario Rodríguez.