El sábado 16, convocado desde el Consejo local de promoción y protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes del partido de General Pueyrredon, se realizó el conversatorio “¿Qué escuela tenemos?, ¿qué escuela queremos?”.
El objetivo es generar un diagnóstico participativo y relevar las propuestas que garanticen el derecho a la educación para acercar a las autoridades municipales y provinciales cuando asuman.
De la actividad participaron trabajadores de la educación, estudiantes, organizaciones sociales, comunitarias, sociedades de fomento que formen parte o estén vinculadas con el sistema educativo y con los dispositivos de educación no formal.
Cada participante contó con 3 minutos para exponer un problema y/o presentar una propuesta.
“A 30 años de la Convención Internacional de los derechos de lxs niñxs y jóvenes, acá estamos, participando activamente del Encuentro ¿Qué escuela tenemos? ¿Que escuela queremos? Organizado por el Observatorio del Consejo local de Niñez.” destacaron.
“Donde hay una necesidad nace un derecho, y como dice Ana Arias, donde hay un derecho necesitamos una institución que lo garantice.”
“Vamos por la escuela a la que tienen derecho nuestrxs pibxs, la que ellxs sueñan, la que necesitamos para una patria justa, libre y feliz.” Con estas palabras María Eugenia Hermida realizaba la apertura del Foro.
Analía Cristini participó en representación de la Comisión Educación del Colectivo Faro de la Memoria. Aprovechó para referirse al contexto en Latinoamérica y la importancia de sostener las políticas de memoria verdad y justicia y desde la concepción de Educación como DDHH como acto de justicia que repara inequidades, como practica reflexión en base a las necesidades de sus actores sociales, para luego transformar y liberar a los pueblos de sus opresiones.
Dijo que si las escuelas fueran espacios de practica cotidiana de DDHH tal vez muchas situaciones sociopoliticas tal vez no tuvieran lugar. Expresó dos deseos que la educación no fuese meritocratica ni emprendedurista. Y que la educación pudiera alcanzar una fuerza tan potente como la del feminismo en tal sentido que sea un hecho transversal que supere los espacios escolares y que esa fuerza la ejecuten sus propios actores para terminar o quedar solo en dogmatismos académicos. O para finalizar con instituciones patriarcales. Es decir alcanzar soberanía de pensamiento.
“Son tiempos violentos, arrasadores y tristes para Latinoamérica, que empezaron casi imperceptiblemente con Paraguay y Honduras que luego convulsionaron Nicaragua, devastaron Haití y entraron sutiles en Argentina. Más tarde quebraron Brasil, arrasaron Ecuador, ardieron en Chile, y ahora perpetraron el último hecho acontecido en la República Plurinacional de Bolivia, el Golpe de Estado a nuestro pueblo hermano.”
“Son tiempos dolorosos y tristes que despiertan una álgida memoria emotiva porque somos conscientes de las consecuencias que producen los quiebres institucionales, las rupturas de los procesos democráticos y el sistemático atropello a los DDHH. Es hora de cambiar estos tiempos, es hora de que soplen vientos de pueblo que lleguen, recalen y se extiendan para que no nos arrebaten lo que costó vida y sangre: poner de pie pueblos históricámente oprimidos. La libertad, la dignidad, la soberanía, y los Derechos no se negocian.”
“Nuestra batalla en su defensa es cultural. La educación nuestro sustento. La verdad y la justicia nuestras búsquedas cotidianas. Las calles y las plazas nuestros lugares de encuentro, visibilización y lucha. El abrazo fraterno nuestro sostén y el amor nuestro sentimiento de reivindicación.”
La construcción democrática es una batalla política, cuando la política se entiende como una ronda alrededor del fuego, para intuir, desear, mirar lejos, y después dar los pasos posibles, junto a los más jóvenes. Necesitamos de elles, de sus nuevos conceptos para liberar viejas batallas y así cumplir las palabras de Saramago: “Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia. Nunca más quiebres en las democracias latinoamericanas. Por siempre la educación como el único acto liberador de los pueblos.” Con la lectura de este texto concluyó su exposición en el Foro.
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