La Argentina tiene uno de los índices más altos de mortalidad por siniestros de tránsito del mundo. Los motociclistas tienen una probabilidad 26 veces mayor que los automovilistas de morir en un choque.
La muerte de Braian Toledo causó una profunda tristeza. Lamentablemente, la tragedia del atleta olímpico no es un hecho aislado ni fortuito: en Argentina, 4 de cada 10 personas que pierden la vida en accidentes viales son motociclistas. Y, considerando el número de víctimas fatales totales, el 43% tienen entre 15 y 34 años y la gran mayoría (79%) son hombres.
Los datos se desprenden del último Anuario Estadístico publicado por la Dirección Nacional de Observatorio Vial. Ya sea por infraestructura vial insegura, exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol u otras sustancias psicoactivas, conducción distraída o la no utilización de cascos, cinturones de seguridad y sistemas de sujeción para niños; las cifras son representativas de una situación que necesita atención inmediata.
“En Argentina tenemos uno de los índices más altos de mortalidad por siniestros de tránsito del mundo. Unas 19 personas mueren por día; hay 6.627 víctimas fatales por año (2019), unos 120.000 heridos de distinto grado y miles de discapacitados. Es la primera causa de muerte en menores de 35 años y la tercera a nivel nacional. En nuestro estudio jurídico, de 10 casos que ingresan, 5 o 6 son motociclistas”, explicó Natalio Nicodemo, abogado especialista en siniestros viales, en diálogo con Ámbito.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las lesiones por accidentes de tránsito son evitables. “Los gobiernos deben adoptar medidas para abordar la seguridad vial de manera holística. Esto requiere la participación de múltiples sectores, tales como los de transporte, policía, salud y educación, y medidas dirigidas a mejorar la seguridad de las carreteras, los vehículos y los usuarios”, estableció la OMS, quien también advierte que los motociclistas tienen una probabilidad 26 veces mayor que los automovilistas de fallecer en un siniestro vial.
Sin embargo, a los “motoqueros”, aquellos que no conciben otra forma de trasladarse y utilizan las dos ruedas incluso cuando hiela o diluvia. Los motivos sobran: el transporte público puede ser un dolor de cabeza, los atascos vehiculares desatan a la fiera interna y acceder a un automóvil en un contexto de crisis económica se vuelve cada vez más difícil.
Si de economía se trata, según la OMS, más del 90% de las defunciones causadas por accidentes de tránsito se producen en los países de ingresos bajos y medianos. Incluso en los países de ingresos altos, las personas de nivel socioeconómico más bajo corren más riesgos de verse involucradas.
La importancia del correcto cumplimiento de las normas de tránsito no es arbitraria. El uso de casco disminuye el riesgo y la gravedad de los traumatismos alrededor de un 72% y las probabilidades de muerte en un 39%. Sin embargo, según el último estudio del Ministerio de Transporte, la cantidad de motovehículos que circulan con todos sus ocupantes protegidos mediante el uso del casco es solo del 64,2%. Los hombres se protegen más que las mujeres y su uso entre menores de 18 años es significativamente inferior a la media.
A su vez, la posición del ocupante en el vehículo también influye: el 68,7% de los conductores utilizan el casco, proporción que desciende al 42% entre pasajeros 1 (primer acompañante detrás del conductor) y al 20,9% en el resto de pasajeros.
En conclusión, trabajar en la prevención y control es fundamental para que los datos estadísticos tiendan a decrecer con el paso del tiempo, aseguran los expertos. A su vez, respetar las normas de tránsito se vuelve clave en un contexto en donde las garantías gubernamentales sobre el buen estado de las calles y rutas no están dadas. El riesgo está latente, pero con las acciones correctas puede minimizarse.
Dictar la emergencia vial
El abogado Nicodemo, junto con la Asociación Madres del Dolor y las ONGs que nuclean a los familiares de víctimas de siniestros viales, presentaron un proyecto de Seguridad Vial 2020, que será tratado en el Congreso. Reclaman el tratamiento integral del Código Penal con base en la incorporación de un Capítulo Especial sobre delitos viales.
El proyecto pretende agravar y elevar las leyes y las penas, tolerancia cero, pena ante el peligro abstracto (que con solo generar el riesgo se reciba una dura sanción) y no esperar a que maten para condenar; entre otros puntos clave con el fin de endurecer la legislación y así bajar el número anual de siniestros.
amfin