Pablo Damián Impellizzeri es jefe de almacén, del supermercado Carrefour ubicado en Moreno y delegado del personal jerárquico. Como forma parte del personal que sostiene el abastecimiento, está exento del aislamiento preventivo y concurre a trabajar. En medio de ese esfuerzo es que denuncia que la empresa no lo está cuidando a él, ni a sus compañeros de trabajo, ni a los clientes.

«Tenemos buen diálogo con la empresa, nos agradecen por poner el hombro, la cara y la salud pero lamentablemente no tenemos en ninguna de las tiendas las herramientas de seguridad como alcohol, alcohol en gel, recién ahora están colocando unos acrílicos en las cajas que son una mentira, como para decir ‘se hizo algo’, no tenemos protección de la policía ni de gendarmería», describió en diálogo con Infogremiales.

Impellizzeri asegura que el ambiente está caldeado, que en los locales se complica aplicar la separación social, la clientela no respeta las distancias ni la cantidad de personas que pueden entrar al local, «vienen con chicos, grupos de adolescentes, maltratan al personal, es una locura», temen por saqueos. En el caso de los hipermercados al menos pueden recurrir al personal de seguridad, que a su vez tendría que llamar a las fuerzas de seguridad, pero en los mercados chicos de barrio el personal es poco y están indefensos. «Laburamos con angustia y con miedo», reconoce.

«Estamos pidiendo solamente la seguridad que nos tienen que brindar, con el agradecimiento no hacemos nada. La empresa está facturando cinco, seis veces más de lo que tienen que facturar», argumenta.

Infogremiales