Se llevó a cabo este jueves en el Colegio de Abogados de Mar del Plata el acto en conmemoración del Día Nacional del Abogado Víctima del Terrorismo de Estado, que contó con la presencia del decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Dr. Guillermo Lorenzo.

Durante su transcurso, se proyectó un video con palabras del presidente de la institución, Dr. Leandro Gabás y los integrantes de las Comisiones de Derechos Humanos y Defensa de la Defensa de la FACA, doctores Guillermo Blanco y Alfredo Jozami.

Asimismo se leyó fragmentos de diversas actas de esos días que constataban las reuniones del Consejo Directivo que dirigía los destinos de la entidad en esa época y que  se declaró “en sesión permanente” y gestionar entrevistas para pedir por sus colegas. Estaba integrado por los doctores Reyneiro  Bernal (presidente), Oscar Huerta, Carlos Martín, Rubén Vespa, Rubén Junco, Juan Carlos Gáspari, Juan Mariano Ferro, Celina Dal Maso, Mariano Radonic, Víctor Marrocco y Alberto Morteo

Jozami contó que “el 6, 7 y 8 de julio de 1977 ocurrió en Mar del Plata la agresión más grande que sufriera la abogacía nacional en toda la República Argentina:  bandas armadas integradas por fuerzas de seguridad y civiles atropellaron a abogados locales haciendo desaparecer a varios de los integrantes de nuestra colegiación”.

Por su parte, Blanco recordó que “el 7 de julio de ese mismo año, bajo la presidencia del doctor Reyneiro Bernal se decidió que el Consejo Directivo se iba a reunir todos los días con la totalidad de sus miembros para peticionar pública y judicialmente por la aparición de los abogados. Destaco el hecho que aún no había terminado la brutal cacería de ellos y no tuvieron temor en salir en defensa de nuestros colegas”.

En tanto que Gabás señaló: “a 45 años de La Noche de las Corbatas este Colegio renueva su compromiso con la democracia, con la libertad, con el ejercicio de la profesión y con el estado de derecho. Somos la voz de la abogacía”

Además, el Dr. Leandro Gabás, luego de dar la bienvenida a los presentes, expresó: “es necesario destacar que con fecha 6 de julio de 2004 se conmemoró por primera vez en nuestro país el “Día del Abogado Víctima del Terrorismo de Estado”, a instancia de una propuesta de nuestro Colegio que inmediatamente fue receptada por la Federación Argentina de Colegios de Abogados y que, hasta hoy día, es una fecha impostergable en el calendario nacional de la Abogacía Argentina.

El día fijado recuerda los hechos ocurridos entre el 6, 7 y 8 de julio de 1977, cuando un grupo de abogados de nuestra ciudad: Norberto Centeno, Jorge Candeloro, Raúl Alais, Salvador Arestín y Tomás Fresneda, entre otros más que sobrevivieron a este ataque, fueron secuestrados por fuerzas de seguridad del Estado por el sólo hecho de ser abogados defensores de los derechos de los trabajadores y de los más elementales derechos humanos.

También fueron secuestrados los Dres. Camilo Ricci, José María Verde y Carlos Bozzi los que días después fueron liberados.

Mediante este acto conmemorativo ha quedado establecido un recordatorio eterno a un suceso inexplicable, cruel y tan sin sentido como los mezquinos intereses que los motivaron.

Esta iniciativa ha marcado un hito en la abogacía argentina, la que debe año tras año recordar esta tragedia como lo más importante de su calendario para que estos hechos aberrantes no vuelvan a ocurrir nunca más, ya que la memoria colectiva es la herramienta necesaria para que así suceda, fundamental para la formación de un futuro mejor, cuyo pasado inmediato recuerda a la abogacía marplatense como un bastión contra el exceso, el abuso y la violación de los derechos humanos.

Recordemos que en aquellos momentos de terror, nuestra profesión fue vista como una actividad de riesgo para los intereses de los genocidas de la época.

La carga de  valentía y coraje  necesarios para el ejercicio de la abogacía,  asumiendo  el compromiso con la lucha por la vigencia  del debido proceso legal, la legitima defensa y el principio de inocencia, en suma, por  el pleno ejercicio  de los derechos humanos, no podía ser menor ni hacerse a medias.-

Y así fue, como en esas largas noches de las corbatas se llevaron, además de nuestros colegas, a la libertad, la democracia y a la justicia.

Esto merece y debe ser reconocido por las generaciones venideras para  formar conciencia crítica del pasado en los jóvenes de la Argentina y del mundo, generando así que hechos como el que nos convoca no se repitan.

Para ello, hoy y cada año, nos convocamos a rememorar, reafirmar las convicciones y sostener el compromiso que este colegio tiene y tendrá sobre este tema.

Como impulsores de este día, cuyos inicios surgieran de la brillantez del querido Juan Carlos París, continuaremos honrando a los abogados y abogadas que fieles a sus convicciones democráticas y que, por el sólo hecho de abogar por los derechos constitucionales que el Estado sistemáticamente negaba, fueron víctimas de los actos más atroces.

Por eso vale en este  momento  recordar las palabras del Dr. Juan Carlos Paris expresadas en la sentencia  de la  causa “Molina”, en su calidad de juez del Tribunal,  y en  donde se investigaron los hechos ocurridos en La Noche de las Corbatas, quien afirmo que: “el primer mandante de los abogados es su país, y en el mundo globalizado en el que vivimos, donde las fronteras se flexibilizan, sin duda alguna nuestro nuevo mandante es la humanidad, donde los abogados estamos llamados a defender la justicia, la paz, el hábitat, la vigencia del estado de derecho, la identidad y los derechos humanos”.

Sin lugar a dudas, los actos de los colegas víctimas del terrorismo de Estado han sido ejemplo y legado para quienes hoy les sucedemos y, en nuestro tiempo, lo expresamos en la lucha contra la impunidad, sosteniendo intacta la memoria, defendiendo la justicia, los derechos humanos, el decoro y la dignidad en el ejercicio de nuestra profesión.

Porque la razón de ser de nuestra profesión, esencialmente destinada a contribuir con la paz social y el ideal de libertad, es que jamás podremos olvidar y debemos sostener institucionalmente nuestro respeto, homenaje y permanente recuerdo, a los que sufrieron y se sacrificaron en la defensa de esos valores.

Porque el tiempo y la memoria, reclaman para ellos el reconocimiento de toda la sociedad argentina y, la abogacía en particular, debe dar testimonio de los hecho por esos hombres y mujeres del derecho, que sostuvieron y defendieron el estado de derecho, las libertades y garantías que consagra nuestra constitución, fundamentalmente por ofrendaron hasta sus vidas en el período más trágico y oscuro de nuestra historia.

Ese compromiso mantiene hoy su más profunda dimensión, cada día más trascendente, cada día más digno de ser seguido, como ejemplo de entrega de lo más noble de nuestra profesión, el abogar por los más débiles, el hacer respetar el derecho en toda circunstancia y tiempo, y particularmente cuando los poderosos violan sus normas más elementales.

Finalizando esta palabras, esperamos las mismas sirvan para rescatar de todas esas virtudes, las que entendemos son el eje central del accionar del abogado, es decir su compromiso con el derecho, con la justicia, y con el fin último de ambos, que es la equidad”, culminó.