Los trabajadores del área de Agricultura Familiar, el Inta y Senasa marcharon ayer en la mañana desde las oficinas de este último organismo hasta la sede del Ministerio de Agroindustria para repudiar los 543 despidos que confirmo ayer el titular de esa cartera, Luis Miguel Etchevehere. “Este ministro no representa los intereses del Estado, representa los intereses de la sociedad rural y de su clase”, repudió Sebastían Rivera, Secretario General de ATE Agroindustria al cierre del acto central que se realizó a las 13 horas en las puertas del ministerio, en Paseo Colón e Independencia.
Los trabajadores del Senasa desmintieron más temprano a Etchevehere, quien para minimizar los despidos en ese organismo dijo ayer que el personal al que se le envió un telegrama por recisión de contrato se trataba solo de empleados administrativos. “Hay veterinarios, agrónomos, técnicos” y demás profesionales que son parte de las víctimas del ajuste, puntualizó el representante de ATE Jorge Ravetti, quien ratificó las medidas de fuerzas que habrá allí hasta el lunes.
“Es mentira que despiden personal adminstrativo. Están afectando todo lo que es operativo”, puntualizó el dirigente gremial de los trabajadores de ese organismo encargado del control de sanidad animal y vegetal, y denunció que, producto de la sangría del personal, “varias de las 400 oficinas ubicadas en todo el país quedaron desmanteladas”.
Ravetti se refirió particularmente al área de Sanidad animal, encargada de las vacunaciones y controles sanitarios. “En Entre Ríos, por ejemplo, 10 de las 17 oficinas quedaron inoperativas porque despidieron a todo el personal”, remarcó durante una entrevista por AM 750.
En tanto, los trabajadores afiliados ese gremio resisten. Ayer hubo una toma pacífica de las oficinas de Paseo Colón y Belgrano, mientras dura el paro que se extenderá hasta el lunes en demanda de la reincorporación de todos los despedidos.
Así y todo, Ravetti remarcó que “más allá del dolor que provoca la pérdida de trabajo de los compañeros, preocupa también el rumbo que está tomando el organismo”. Detrás de esta medida, argumentó, está la intencionalidad del ministerio de Agroindustria de “tercerizar” los controles. Es que, según explicó, las autoridades del organismo tomaron la decisión de mantener la certificación sanitaria y las inspecciones solo en los productos para la exportación, “tal como lo requiere la comunidad internacional. “A los que quedan adentro del país –añadió- los deja en mano de las empresas”, lo cual redunda en un “doble estándar sanitario” que pone en riesgo los controles de lo que consume la población.
“Es como poner a cuidar el lobo a las ovejas”, dijo y para explicar el trasfondo de esa medida ejemplificó que “sin los controles quedan en manos de los productores ¿y los productores va a denunciar que, por ejemplo, su cosecha está afectada por una plaga?”.
Imagen: B.Avila