A raíz de la negativa gubernamental de exceptuar de la fase 3 a las obras privadas en Mar del Plata, la Mesa Directiva del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito IX, se manifestó al respecto.

“La industria de la construcción fue, es y será motor de la economía de nuestra región que, como sabemos, viene evidenciando los índices de desocupación más altos del país. La interrupción de las obras de carácter privado por la entrada a fase 3 una vez más ha ocasionado una nueva frustración de todos los que trabajamos en este rubro. Aquí, en el esfuerzo de poder retomar las obras interrumpidas hasta el 11 de mayo, vimos un trabajo y una responsabilidad de conjunto, donde tanto empresarios, profesionales, técnicos, trabajadores, gremios y proveedores se pusieron a tono con los protocolos convenidos. Ante el incremento de casos en la ciudad pudimos observar que estos trabajos preventivos daban resultados, con muy pocos casos en nuestras obras (en su mayoría por contactos estrechos externos al trabajo)”, sostiene.

Además remarcan “otra cuestión para tener en cuenta y diferenciarnos de otros grandes centros urbanos en fase 3 es que nuestros trabajadores en su mayoría asisten a los lugares de tareas con movilidad propia o a cargo de las empresas, sólo un bajísimo porcentaje lo hace en transporte público, de esta manera contribuimos al descongestionamiento del mismo y minimizamos riesgos de contagio por trayectos. A nivel estadístico, los números hablan por sí mismos y nos colocan entre los sectores con menor riesgo de contagio.

Esta prolijidad en términos sanitarios se justifica por el seguimiento estricto de los protocolos “y por nuestro modo de trabajar que es igual al de la obra pública y mayormente se desarrolla al aire libre con distancias interpersonales considerables”, apuntan.

Recuerdan asimismo que “iniciamos las tareas en mayo con un número de 500 obras autorizadas debidamente, con protocolos aprobados y controlados y esto movilizó a más de 4000 trabajadores a volver a producir, a dignificar nuevamente sus oficios y volver a mover los engranajes de este complejo sistema productivo que es la construcción y en la cual es protagonista nuestra matricula profesional.

Consideramos por todo lo antes expresado que no tiene lógica que la obra privada quede separada de la pública y el resto de la industria, (más en el caso de nuestra ciudad donde la de carácter público es muy escasa en este momento)”

“Sabemos -subrayan- que la realidad epidemiológica no es la misma que en mayo, somos conscientes de que el sector de la salud, su personal y equipamiento están trabajando al borde de sus posibilidades, es por eso que redoblamos la apuesta de poder volver a las obras, con mayor responsabilidad y con mejores cuidados. Los que acompañamos esta presentación somos los principales interesados en cuidar la salud de todos los involucrados en nuestra industria y sabemos del esfuerzo que autoridades locales, provinciales y nacionales hacen y seguirán haciendo. Déjennos colaborar desde donde sabemos, generando trabajo, construyendo futuro en estos tiempos oscuros”.

El trabajador de la construcción, sus profesionales, técnicos y empresarios estarán más cuidados que nunca, en obras con protocolos controlados y, si se quiere, más exigentes, podemos afirmar y tomar ese compromiso, algo que no podemos hacer si las obras se realizan de forma clandestina o sin el resguardo que todos queremos.

Hoy muchos de los integrantes de la familia de la construcción viven tiempos de zozobra, los empresarios medianos o pequeños no sabiendo si cerrar sus firmas, los trabajadores de los diferentes gremios si dedicarse al empleo informal y la changa, los profesionales y técnicos con un vacío laboral desde hace meses por la no generación de nuevos proyectos y los proveedores de insumos con la cadena de pedidos y pagos quebrada.

No pedimos un tratamiento especial a otros rubros de nuestras ciudades que están en situaciones similares o peores (gastronómicos, servicios turísticos, comercio, etc.) pero sí sabemos que somos la única industria cerrada y que, por su característica de trabajo disperso, al aire libre y con distanciamiento real podría seguir funcionando.

Por esto es que le pedimos al Sr. Jefe de Gabinete, al Sr. Gobernador y al Sr Intendente que reconsideren, analicen nuestra propuesta y nuestras razones y que nos den una respuesta. En nuestra ciudad no consideramos acertado que la obra pública pueda funcionar, que el resto de la industria pueda, y que la obra privada no pueda hacerlo.

Por nuestro lado volvemos a comprometernos con el país, con la provincia y con la ciudad en reforzar lo que ya hicimos bien y lo volveremos a hacer, con más control propio y más responsabilidad de todos los actores involucrados.

Por favor no nos dejen solos, podemos seguir trabajando sin ser un grupo de riesgo, 4 meses de trabajo en las obras dan cuenta de ello”, concluyen.