Determinante como siempre, caudillo como nunca, Lionel Messi transita cada instancia de Qatar 2022 como una confirmación y se encamina a concretar la mejor Copa del Mundo en su carrera, la que con 35 años -asegura- será la última.
El pase a semifinales en el acalorado cruce de cuartos con Países Bajos ratificó su influencia deportiva en el seleccionado pero a la vez lo mostró en una faceta sanguínea, de rebeldía, necesaria para fortalecer el espíritu y la mentalidad de un equipo que apunta a la gloria.
“Se sintió tocado”, admitió el DT Lionel Scaloni para analizar su reacción contra Louis Van Gaal y los futbolistas del conjunto neerlandés que fueron responsables de provocaciones antes y durante el partido en Lusail.
El capitán argentino, indudablemente, ya traía una carga contra el prestigioso entrenador, quien subestimó su influencia futbolística en el pasado y mostró una confianza devenida en arrogancia durante la previa del encuentro de cuartos de final.
“Sentimos que nos faltaron el respeto”, explicó Messi para justificar sus actitudes más polémicas: la postura de Topo Giglio frente al banco de suplentes naranja y ya célebre “andá para allá, bobo”, que le profirió al goleador Woun Weghorst cuando lo desafío camino a los vestuarios, ya terminado el partido.
El Messi enojado de viernes fue sólo una versión momentánea del deportista fabuloso que ejerce la absoluta centralidad en la primera Copa Mundial de la historia en Medio Oriente.
En su versión madura, el astro argentino mantiene todo el brillo y la jerarquía de los mejores años y marca el camino para una Selección que sueña con jugar la final del domingo próximo y coronar el tercer título mundial de su historia.
Lidera las estadísticas más importantes (goles y asistencias) del equipo y demuestra una tremenda personalidad para rescatarlo de los momentos complejos de cada partido, como lo hizo ante México, Australia y Países Bajos.
En Qatar 2022 acumula cuatro tantos y ya empardó su mejor producción de Brasil 2014, edición en la que no pudo marcar en la fase final. Esta vez, en cambio, Leo dejó su huella en la red en los partidos de octavos y cuartos.
Con 10 tantos, Messi igualó a Gabriel Batistuta como máximo goleador argentino en la historia de la Copa del Mundo. “Querido Leo, ¡felicidades!. Tuve el récord durante 20 años y lo disfruté. Ahora es un gran honor y placer compartirlo contigo, esperando de todo corazón que puedas superarlo ya en el próximo partido”, escribió Bati en sus redes sociales.
No hay récord que resista a Messi: el próximo, cuando dispute los dos partidos que le restan a la Selección, será erigirse como el futbolista que más partidos disputó por Mundiales. El alemán Lothar Matthaus (25) lo aventaja por uno.
En esta misma edición, la leyenda argentina había coronado la marca de más juegos celebrados con la Selección y superado la cantidad de partidos como capitán entre todos los seleccionados que alguna vez participaron de la máxima competencia de la FIFA.
“Es el mejor de todos los tiempos y estamos contentos de tenerlo”, alabó Scaloni después de la maravillosa actuación frente a Países Bajos.
Messi encara la recta final de Qatar 2022 fortalecido en lo ánimo y ungido por el grupo de la Selección Argentina como el indiscutible líder a todo nivel.
Por segunda vez en su carrera, jugará siete partidos en un Mundial. El próximo será el martes frente a Croacia por las semifinales y el siguiente, espera la mayoría, que sea la final del 18 de diciembre en Lusail, donde buscaría quitarse la espina que le clavó Alemania en el Maracaná en 2014. 0