Marcos Peña brindó en Diputados su quinto informe de gestión. Si bien reconoció “las dificultades” que enfrenta el país, insistió en que el Gobierno sigue por “el camino correcto”, defendió el préstamo del FMIy negó una “crisis estructural”. “Falta, pero tampoco estamos tan mal como muchas veces quieren plantear”, apuntó.
El jefe de Gabinete hizo hincapié en los aumentos de luz y gas, tras el anuncio de nuevos incrementos para el área metropolitana, y apuntó contra elkirchnerismo.
“Desde 2010 a 2016 se perdió todo el tiempo. Si se hubiera invertido al ritmo que estamos invirtiendo en este año desde 2010 no tendríamos que haber aumentado la luz ni el gas, no tendríamos ni la mitad del problema de déficit comercial y tendríamos producción y energía barata para nuestras industrias. Se perdió el tiempo pero lo estamos recuperando gracias al impulso de este Gobierno”, planteó.
“Entendemos que sintieron miedo angustia y se generaron dudas y preocupación sobre el futuro, sobre el sentido de los esfuerzos”, se mostró empático. Tras enumerar factores –todos externos a las decisiones del Gobierno- como la sequía, el contexto internacional, el déficit acumulado y la suba de petróleo, el funcionario admitió la caída del crecimiento, con su afectación para crear empleo y la incapacidad de cumplir las metas inflacionarias.
Peña destacó las políticas tomadas para ayudar a las Pymes y defendió la apertura económica: “No hay antecedente de una economía de nuestro tamaño que crezca sólo con el consumo interno. Nuestro mercado debe ser el mundo, ese es el camino para generar los empleos que faltan”.
“Es mentira que la industria sólo puede ser competitiva a puertas cerradas, con protección, menos competencia e impidiendo la inversión. Eso es una falta de respeto a nuestros industriales”, agregó.
Sobre el FMI apuntó: “El Fondo no nos resuelve los problemas, tampoco nos los genera. Lo que podemos tener es financiamiento más barato y accesible”. Y mirando a la bancada del Frente para la Victoria siguió: “El equilibrio de cuentas que fue un orgullo en la presidencia de Néstor Kirchner se fue deteriorando”. En esa línea, defendió el rumbo: “Estamos convencidos que no es cierto que estemos en una crisis estructural similares a las de otros años, como algunos están diciendo. Estamos yendo por el camino correcto”.