Este lunes, anunció que no se presentará a un nuevo mandato como alta comisionada para los derechos humanos. “Tomo esta decisión porque mi familia me necesita, porque mi país me necesita”, aseguró.
“Esta histórica quincuagésima sesión del Consejo será la última que dirija”, dijo durante la presentación de un informe sobre las actividades de su oficina.
Michelle Bachelet dejará el cargo a finales de agosto. Se retira después de las críticas que recibió tras su reciente visita a China, sin embargo ante la prensa, ha negado que su decisión tenga que ver con ese viaje.
“Hace dos meses, antes incluso de ir a China, tomé la decisión, y se la comuniqué a mi jefe, el Secretario General (de la ONU, António Guterres). Así que esto no tiene ninguna relación”, dijo Bachelet.
“Se pueden imaginar que habiendo sido presidenta dos veces, he recibido muchas críticas en mi vida. Así que no es eso lo que me hace tomar ciertas decisiones. Esta es una decisión que tomo porque mi familia me necesita y porque mi país me necesita”, añadió.
Bachelet visitó China a finales de mayo para verificar las denuncias sobre represión y abusos contra la minoría uigur en la provincia de Xinjiang. Pero sus conclusiones sonaron demasiado suaves, una tibieza que provocó duras reacciones de diplomáticos y oenegés como Human Rights Watch.
Deja su cargo en la ONU cuando el mundo se enfrenta a uno de los peores períodos para los derechos humanos en las últimas décadas. Y regresa a Chile, en un momento también crucial, cuando la convención que redacta la nueva Constitución finaliza los últimos detalles, antes de someterla a plebiscito el próximo mes de septiembre.
Reacciones en Chile: del “bienvenida” de Boric a las críticas de la derecha
En Chile, se especula sobre cuál podría ser el papel de Bachelet, que fue presidenta del país en dos ocasiones, en la campaña para el plebiscito, para el que hay muchos indecisos, según los últimos sondeos.
“Bienvenida de vuelta” ha reaccionado en Twitter el presidente chileno, Gabriel Boric, mientras desde la derecha, que votará en contra de la nueva Carta Magna, acusan a Bachelet de “intervencionismo político”.