A partir del miércoles 15 de abril, el uso de tapabocas casero será obligatorio en transporte público y comercios. Sin embargo, hay mascarillas que están reservadas para ciertos grupos. Todos los detalles
A partir del miércoles 15 de abril será obligatorio en la Ciudad de Buenos Aires el uso de tapabocas en el transporte público y en los comercios cerrados. La medida contempla fuertes multas de hasta $80 mil para quienes no cumplan.
También dispone la clausura de comercios en los casos en los que las personas que estén a cargo de atención al público no respeten las recomendaciones sanitarias.
“Si tenés que salir de tu casa te recomendamos usar barbijos caseros así priorizamos los reglamentarios para el personal de salud”, fue el mensaje que difundió el gobierno nacional en sus redes sociales la semana pasada. De este modo, la medida alcanza a quienes concurran a lugares públicos donde otras medidas de distanciamiento social sean difíciles de mantener, como supermercados, farmacias, bancos, transporte público, entre otros.
En este contexto, el Gobierno de la Ciudad prohibió la comercialización de los barbijos sanitarios N95 a cualquier persona que no acredite ser profesional o personal del servicio de salud y a las personas jurídicas que no tengan por objeto la prestación de ese servicio, con el objetivo de no desabastecer el mercado porque hay escasez.
¿Cuáles son las diferencias entre un barbijo N95 y uno quirúrgico?
“Disponemos de dos tipos de barbijos. El primero, conocido como barbijo quirúrgico, lo utilizan los cirujanos y tiene sentido para que el personal de salud se lo coloque y cuando el cirujano opera evita que sus secreciones expongan al paciente. También lo utilizamos cuando hay personas que tienen infecciones respiratorias y se lo colocamos a la persona afectada para que, cuando hable o tosa, no elimine secreciones en el ambiente”, explicó a Infobae Gustavo Lopardo, médico infectólogo ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) (M.N. 74.429).
“Existe otro barbijo o máscara más sofisticada y por supuesto de mayor costo, que tiene poros mucho más pequeños, entran con mucha dificultad acá las pequeñas gotas, pero además tiene la posibilidad de que se sella a todo su alrededor y no entra prácticamente ninguna partícula. Este no solo protege de casi todo microorganismo, sino que si hubiera vapores o humo en el ambiente también nos protege”, aseguró sobre el barbijo N95, que impide el paso del 95% de las partículas.
De acuerdo a la infectóloga Paula Rodríguez Iantorno, el barbijo solo lo debe utilizar el personal de salud en el momento adecuado y los pacientes con síntomas, tanto casos sospechosos o confirmados de COVID-19 como en otras patologías respiratorias: “Deben ser los quirúrgicos, es decir, aquellos que tienen 3 capas, o los N95. Otro material no es suficiente ni está aprobado”.
¿Por qué barbijo casero y no quirúrgico o reglamentario?
Dado que la disponibilidad de barbijos quirúrgicos es limitada, existen alternativas para generar herramientas de uso comunitario, como cobertores de tela. Si bien los barbijos caseros no son equivalentes a barbijos quirúrgicos, estos últimos son suministros críticos que deben continuar reservados para los trabajadores de la salud y todos los que se encuentran en la primera línea de atención a la población, que por el alto riesgo que enfrentan, son la prioridad.
Cada miembro del equipo de salud que contrae COVID-19 no solo se expone al riesgo de complicaciones, sino que también que debe abandonar el trabajo por varias semanas, lo que debilita la capacidad de respuesta del sistema sanitario frente al avance del virus.
De acuerdo al Ministerio de Salud, el uso del barbijo casero puede ser de utilidad para proteger a otras personas justo antes de que se presenten los síntomas. Si la persona padece COVID-19 (o si se sospecha que puede tenerlo) debe utilizar un barbijo quirúrgico y cumplir con todas las normas de aislamiento sanitario para reducir el riesgo de transmitir el virus a otras personas.
¿Es la medida primaria para evitar el contagio de la enfermedad?
La infectóloga Carla Vizzotti, secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, recalcó en una conferencia del 8 de abril que el uso de este tipo de barbijo podría generar una falsa sensación de seguridad y que, por eso, hay que insistir en que no reemplaza al aislamiento social preventivo y obligatorio, el lavado de manos, el toser y estornudar cubriéndonos con el pliegue del codo, airear los ambientes o limpiar las superficies. También puntualizó que solo se trata de una medida adicional para disminuir la potencial transmisión del virus a otros, es decir, para proteger a los demás, pero que no es útil para la protección personal.
Y agrego: “Si alguien decide usar lo que se denomina barbijo casero, máscara, tapaboca o cobertor de fabricación casera, tiene que saber algunos conceptos importantes: estos deben tener varias capas de tela, tienen que ajustarse a la cara, son de uso individual, deben poder lavarse y reutilizarse”. Es necesario seguir las instrucciones del Ministerio de Salud acerca del modo de confección, materiales y otros parámetros de seguridad disponibles en su sitio web.