La Cámara de Diputados aprobó la reforma al impuesto de Bienes Personales, que exime del pago de este tributo a los inmuebles utilizados como vivienda valuada en menos de 18 millones de pesos. Con 125 a favor, 65 en contra y 27 abstenciones, el oficialismo consiguió el primer objetivo del llamado a extraordinarias para cumplir con el acuerdo que realizó en el Senado con el Peronismo Federal, sector con el que alcanzó los votos necesarios para aprobar el Presupuesto 2019.
Los voluntades reunidas para llevar adelante las modificaciones incorporadas en el Senado al proyecto de Bienes Personales también llegaron de parte de las bancadas del peronismo dialoguista: Bloque Justicialista, Frente Cívico por Santiago y Frente de la Concordia misionero. En tanto, la abstención fue la expresión del Frente Renovador, un sector del Bloque Justicialista, el bloque Evolución de Martín Lousteau e incluso el diputado de la Coalición Cívica, Javier Campos.
La iniciativa de Bienes Personales, tal como volvió a la Cámara baja desde el Senado, plantea una suba a partir del año próximo de la base no imponible de 1.050.000 pesos -correspondiente al 2018- a 2.000.000 en 2019. En tanto, la alícuota que este año fue del 0,25 por ciento, se mantendrá en ese nivel si el valor total de los bienes declarados fuera de entre 2 y 5 millones, pero subirá al 0,5 por ciento entre 5 y 20 millones, y al 0,75 cuando la suma declarada fuera superior a los 20 millones.
La reforma que se le aplicó en el Senado a instancias de Pichetto apunta a que si un inmueble es utilizado como casa-hogar no se pagará el gravamen, a menos que supere los 18 millones, en cuyo caso se aplicará la deducción por el excedente. Si se poseen más propiedades, las restantes pagarán con alícuota plena. Por otra parte, si se trata de un inmueble adicional, utilizado como renta a través de su alquiler en el mercado, pagará por el total de su valuación, independientemente de cuál sea el monto.
Al tomar la palabra, el diputado Axel Kicillof adelantó la postura negativa del Frente para la Victoria, al alertar que la suba progresiva de las alícuotas “va a fundir a los sectores medios con las nuevas valuaciones” y consideró que no se trata de “un mecanismo de redistribución de la riqueza” sino de un instrumento para “pasar la gorra” y “rascar la olla” frente a la pérdida de recaudación por la reducción de impuestos a los sectores más poderosos.
En el mismo tono, el diputado de Red x Argentina Daniel Arroyo pronosticó que la reforma de Bienes Personales tendrá como efecto que “más personas paguen este impuesto”, siendo “la clase media la más afectada”.
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