El Supremo Tribunal Federal, la máxima corte de Brasil, falló hoy por mayoría contra la tesis del marco temporal que obligaba a reducir las reservas indígenas y las tierras ancestrales en la selva amazónica, en una resolución que le aplica un duro golpe a los planes expansionistas del agronegocio vinculado al expresidente Jair Bolsonaro.

La corte rechazó por 7 contra 2 – restan otros dos votos- la presentación de las entidades rurales que querían que no se reconocieran las tierras indígenas reivindicadas después de la Constitución de 1988, que actualmente está en vigor.

La votación que se extiende desde hace cuatro años motivó movilizaciones en todo el país de los movimientos indígenas.

Brasil tiene poco más de un millón de habitantes de los pueblos originarios.

El relator del caso, Edson Fachin, sostuvo que el derecho de los pueblos indígenas a la tierra es anterior a la creación del Estado y que, por lo tanto, no debe definirse en ningún marco temporal.

El juez Fachin recordó que la Constitución define los derechos indígenas como “fundamentales” y dice que los pueblos tienen “derechos originarios sobre las tierras que tradicionalmente ocupan”.

El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva se oponía a la tesis de los ruralistas, al punto que es el primer gabinete con un Ministerio de Pueblos Originarios.

Por el contrario, los dos votos del máximo tribunal que respaldaron la solicitud del agronegocio fueron de los jueces designados por Bolsonaro: el jurista y pastor presbiteriano André Mendonça y Nunes Marques.