El sector del calzado en Argentina afronta una profunda crisis de la que no sale exenta ninguna empresa. Ahora fue el turno del Grupo Vuasa -que en el mercado local es reconocido por su marca Vía Uno- porque ayer comunicó oficialmente que entró en concurso preventivo de acreedores y a la par informó a la Comisión Nacional de Valores que incumplirá el pago de intereses de sus Obligaciones Negociables de 2 millones de pesos.

En la práctica Grupo Vuasa es importador de calzados pero también ensambla -en plantas de terceros- algunos de sus modelos que comercializa en el mercado local con las marcas Via Uno, Emporio VU, Usaflex y Giulia Domna.

Tiene alrededor de 20 locales propios que tienen presencia en los principales shopping y avenidas comerciales, además ofrece la modalidad de franquicias.

Lo cierto es que la situación financiera de la compañía es muy complicada y la convocatoria de acreedores suena hasta lógica en este contexto. Según los registros del BCRA, a la fecha muestra una deuda bancaria de poco más de $103,5 millones. El 76% en situación 4 (Con alto riesgo de insolvencia / Riesgo alto), el 2% situación 3 (con problemas/riesgo medio), el 6% en situación 2 (con seguimiento especial, en observación) y sólo el 16% del total en situación 1 (normal, sin atrasos en los pagos).

El principal acreedor es el Banco Nación, que tiene el 55% de su deuda ($57,36 millones) y esta se encuentra en situación 3.

Pero esto no es todo porque al no pago de intereses de sus ON y a su deuda bancaria se suman también más de 400 cheques rechazados por $31,7 millones emitidos en los últimos seis meses.

A la par, los registros oficiales dan cuenta de que la empresa posee poco más de 100 empleados registrados, pero no realiza los correspondientes aportes patronales desde abril pasado.

De ahora en más con el concurso de acreedores abierto se espera que la empresa continúe incumpliendo los próximos vencimientos de intereses derivados de sus ON, mientras intentaría avanzar, en la reestructuración de sus pasivos con entidades bancarias.

Su último balance, cerrado en diciembre pasado, mostraba una situación compleja pero lejos estaba de adivinarse el actual escenario. En aquel momento el directorio de la empresa, remarcaba que cerraba 2017 con mayores deudas financieras y explicaba que era producto de “mayor stock de mercaderías en función de una venta menor a la estimada; reducción del endeudamiento con proveedores del exterior, a efectos de reducir el nivel de dudas en moneda extranjera y evitar quedar expuestos a cualquier variación abrupta de los tipos de cambio del real y del dólar”. La realidad ahora demuestra que la estrategia de toma de deuda le terminó jugando en contra porque además se sumó la baja del consumo y una devaluación abrupta.