Se presentaron los resultados del proyecto “Monitoreo y seguimiento de las estrategias para minimizar la circulación del covid-19 en el Municipio de General Pueyrredón.”
El estudio está financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y funciona en el Instituto de Humanidades y Cs. Sociales, unidad ejecutora de doble dependencia entre el Conicet y la UNMDP.
El tercer informe corresponde a fines de febrero y principios de marzo de 2021, es decir, a comienzos de la segunda ola de Coronavirus. Al igual que instancias anteriores, se elaboró información de utilizad social y pública para fortalecer acciones en red, entre referentes sociales, políticos e investigadores del sistema científico. El objetivo del estudio fue mitigar los efectos del aislamiento y en la actualidad del distanciamiento social.
La investigadora del Conicet y directora del Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales, Marcela Ferrari, contó a MdpYa: “Trabajamos con informantes claves, referentes de los Comités Barriales de Emergencia y de comedores y merenderos de barrios seleccionados.”
De los 33 CBE que tiene la ciudad se eligieron 15. Los mismos comprenden los barrios 9 de Julio, López de Gomara, San Cayetano, La Herradura, Hipódromo, San Jorge, Las Américas, Regional, Don Emilio, Parque y Valle Hermoso, Las Heras, Las Dalias, Alto Camet, Don Bosco, Bernardino Rivadavia, Los Andes y Estación Norte, entre otros.
Los datos recogidos corresponden a fase 3 en donde se registró un 40% de su población por debajo de la línea de pobreza y un 5% por debajo de la línea de indigencia, de acuerdo a la información proporcionada por el Indec.
Sobre el estado de la población, Ferrari detalló que estas condiciones acentúan la vulnerabilidad de las comunidades. “Los problemas percibidos por los referentes de los CBE y de comedores y merenderos no son diferentes de los que encontramos en situaciones anteriores, las principales demandas son acerca de la salud, de la alimentación, del trabajo, la vivienda, de los servicios y de los elementos de higiene,” detalló la investigadora.
Estas demandas se distribuyen sin un patrón específico, explicó Ferrri. A diferencia del relevamiento realizado en octubre cuando al norte de Juan B. Justo las principales demandas eran de trabajo y de alimentación, y al sur de la misma avenida, eran más diversas, en la actualidad se mantienen, se diversifican por igual y crecieron en importancia otras dos que ya estaban registradas pero con menor gravitación: la conectividad y el transporte.
Sobre los principales problemas detectados se encuentran los relacionados al relajamiento del uso del tapabocas entre la gente que recurre a comedores y merenderos, pero no entre encargados o cocineras. Otro punto es la falta de trabajo asociado a una “temporada floja.” La ausencia de provisión de servicios como el agua potable, también es un tema de gran importancia que afecta directamente las condiciones de la población.
“Las necesidades de las familias vulnerables, sobre todo las afectadas de Covid, tienen que ver con distintas cuestiones, una de ellas es la imposibilidad de llegar hasta los comedores para recibir alimentos, entonces allí actúan los CBE ofreciendo o llevando bolsones a domicilio. Algo que también realizan los comités es la intermediación de los servicios de salud cuando detectan población que está afectada por la enfermedad,” contó Ferrari a MdpYa.
Durante varios meses el Municipio no entregó a los CBE alimentos frescos destinados a miles de personas en situación de vulnerabilidad. “Fruto de la negociación se estableció una cantidad de 7 toneladas de frescos por semana, este es un punto muy duro porque de eso depende la calidad de la comida que se distribuye,” alertó la investigadora.
Esta disminución de alimentos obligó a cerrar algunos comedores, si bien algunos pudieron cubrir el rol de merenderos, otros se vieron impedidos de abrir sus puertas, pese a la necesidad de la comunidad.
Escucha la síntesis que realiza Marcela Ferrari sobre el rol de los CBE y las necesidades de las y los vecinxs:
Lara E. Franco – Redacción MdpYa
