El 3 de diciembre de 2022 Mar del Plata amanecía con la noticia del derrumbe de una de las escaleras del Consorcio C del complejo Centenario del barrio Bernardino Rivadavia. Lo que tanto se temía, finalmente había sucedido. Al menos cuatro familias debieron dejar todo atrás para irse a vivir a un lugar seguro. Un año después, realizaron un “festejo” de cumpleaños simbólico, tras 365 días sin respuestas, y contando.
El complejo habitacional tiene 44 años, y desde sus cimientos presenta problemas que con el tiempo se fueron acentuando. La falta de mantenimiento por cuatro décadas tampoco pinta un escenario virtuoso para un habitar tranquilo.
Los lazos interdisciplinarios ya existentes se fortalecieron y se ampliaron ante la inminente tragedia. En agosto de este año, sin ir más lejos, se consolidó la Mesa de Trabajo “Arreglen el Centenario”. Es que el derrumbe se dio en una sola escalera, pero el riesgo lo enfrentan a diario las 22000 personas que viven allí, en Emergencia Habitacional.
Una de las damnificadas es Graciela, una mujer vivía en el departamento donde derivaba la escalera que ya no existe. “Colocando una escalera de madera, la señora Graciela pudo ingresar a su departamento, abrir la puerta y encontrarse con un lugar que hacía un año no visitaba”, comentó a MdpYa Daniel Barragán, uno de los Defensores del Pueblo, institución que acompaña y trabaja por cambiar la realidad de estos vecinos y vecinas.
“Ella vive ahora con la hija”, agregó Barragán, por Graciela. “Durante un año ha recorrido distintas reparticiones municipales y provinciales, tratando de tener una respuesta, pero no la tuvo”.
En el departamento de planta baja, justo debajo de la casa de Graciela, vivía Nahuel, quien también hace más de un año tuvo que dejar su casa. “La señora Graciela no pudo ingresar más y el vecino de la planta baja, Nahuel, tampoco pudo ingresar más a su casa. Hace un año que están, el muchacho alquilando y la señora en la casa de la hija”, dijo el Defensor sobre la actualidad de las familias principalmente afectadas por la retirada del Estado, que aún elude sus responsabilidades.
Cabe también recordar que aquél 3 de diciembre, un vecino del segundo piso de ese sector sufrió una quebradura de pierna cuando cayó la estructura. Hoy ya se encuentra recuperado y por ello se sumó a los “festejos”.
Como sea, un aniversario es un aniversario y vecinos y autoridades decidieron conmemorarlo. Lo que se hizo fue “colocar una escalera de madera y subir al primer piso, que es el departamento de Graciela, y después hicimos una recordación con una torta, con velitas y con un número recordando el cumpleaños de la escalera caída. Podría llamarse como una novela, ¿no? El cumpleaños de la escalera caída”, detalló Barragán sobre la celebración irónica. Es que cuarenta años reclamando lo mismo dejan la posibilidad para dos caminos: rendirse o apelar a la creatividad. Y la primera no es opción.
A la fecha, de manera individual y a través de las instituciones existentes y las creadas para la tarea, se han hecho reclamos al Instituto Provincial de la Vivienda, a la Secretaría de Obras y al intendente Guillermo Montenegro. “Hasta ahora no han dado ningún tipo de solución ni han manifestado siquiera interés en dar una solución a esto”, dijo Barragán, quien agregó: “realmente da vergüenza ajena. A mí personalmente, como defensor del pueblo, me da vergüenza ajena que esta señora, después de un año y tres días, recién haya podido abrir la puerta de su casa y sacar algunas pocas pertenencias que le habían quedado”.
Por lo pronto, resta resolver un gran interrogante: ¿Qué llegará primero: el segundo cumpleaños o las respuestas que el Estado debe garantizar?