Buscan que las plataformas retribuyan mejor a los creadores de contenidos. Controversias por la libertad de expresión.
La Eurocámara aprobó este miércoles una controvertida reforma en torno a la protección de los derechos de autor online, y abrió el camino a una discusión con otras instancias europeas en pos de una legislación, a la que se oponen las grandes empresas de internet.
La iniciativa, que ya había sido rechazada en julio pasado, aún debe pasar instancias de negociación y aprobación en el Parlamento Europeo para ser instaurada en forma definitiva el año que viene.
Los puntos más polémicos de la norma buscan que plataformas como Facebook, Twitter y YouTube (propiedad de Alphabet, la empresa madre de Google), retribuyan mejor a los creadores de contenidos (Artículo 13), y también crear un “impuesto al link”, o “link tax” (Art. 11), que permita a diarios o agencias de noticias, recibir ingresos por la reutilización en internet de su producción.
Por 438 votos a favor, 226 en contra y 39 abstenciones, los eurodiputados reunidos en Estrasburgo aprobaron su posición, similar a la propuesta de la Comisión de 2016, en una nueva votación sometida a una intensa campaña de presión.
“Acojo con satisfacción la adopción hoy por parte del Parlamento Europeo de su posición sobre la directiva de derechos de autor”, tuiteó la comisaria europea de Economía y Sociedad Digitales, la búlgara Mariya Gabriel.
La reforma de la directiva sobre derechos de autor, para adaptarla a la era digital, no convence a todo el sector. Los gigantes de internet temen que se cuestione su modelo de negocio, y los activistas consideran que la nueva legislación puede amenazar la libertad de expresión en la web, informó la agencia AFP.
Si bien aún no hay consenso sobre cómo se aplicará la norma, el Artículo 13, también conocido como “filtro de carga”, haría que las plataformas de contenido como Youtube sean legalmente responsables si sus usuarios comparten material con derechos de autor, para evitar pérdidas a los creadores de contenido. “Los filtros de carga o cualquier otra medida restrictiva frenará a los artistas que crean el futuro”, dijo Wyclef Jean, exintegrante de The Fugees, el martes en Estrasburgo, Francia.
Otro punto discutido, y de aplicación aún difusa, es el “impuesto al link”, cuyos críticos consideran una traba a la libertad de expresión que solo beneficiaría a grandes publicadores.
La iniciativa otorgaría a los medios el derecho a reclamar compensación económica por vincular sus contenidos por un periodo de 20 años.
Los opositores no pierden la esperanza. Tras la votación de la Eurocámara, representantes del ejecutivo comunitario, la Eurocámara y el Consejo, que representa a los países del bloque, deben ahora acercar sus respectivas posiciones en una negociación a puerta cerrada y lograr un acuerdo sobre un texto definitivo.
Mariya Gabriel expresó su deseo de que el acuerdo final entre instituciones esté listo para “finales de año”. Los partidarios de la reforma quieren su voto final por la actual Eurocámara, ya que temen un aumento de las fuerzas populistas y contrarias a la directiva en las elecciones europeas de mayo.
El grupo de presión del sector digital CCIA, al que pertenece Google, lamentó la decisión de la Eurocámara que ignora las advertencias sobre “las amenazas reales que esta propuesta causa” y llama a las instituciones europeas a “llegar a un resultado equilibrado en las negociaciones finales”.
Algunos eurodiputados advierten de que el uso de filtros automáticos para evitar que los usuarios compartan contenido protegido por los derechos de autor podría utilizarse en el futuro para censurar mensajes políticos u otras formas de libertad de expresión.
“Al aprobar nuevos límites legales y técnicos sobre lo que podemos publicar y compartir en línea, la Eurocámara está poniendo los beneficios de las empresas por encima de la libertad de expresión”, escribió en su blog la eurodiputada Julia Reda, miembro del Partido Pirata.
La legisladora es una de las que propone modificar el Artículo 11 para respetar los derechos de autor sin la obligación de pagar por los vínculos. “No se trata de ningún tipo de censura, sólo de responsabilizar [a los gigantes de internet] de la remuneración de los trabajadores de la cultura”, había defendido la víspera la eurodiputada Helga Trüpel, sobre las controvertidas medidas, apoyadas también por medios tradicionales a la búsqueda de ingresos.
Signo de la controversia de la propuesta, los eurodiputados se pronunciaron sobre unas 250 enmiendas antes de la votación final, cuyo resultado agradeció el ponente del texto en la Eurocámara Axel Voss como “un excelente mensaje a las industrias creativas europeas”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, celebró la decisión ya que “la protección de los derechos de autor” implica el reconocimiento de la “libertad”, “información libre”, “creación cultural”.
Para el presidente de la Eurocámara, “la directiva sobre los derechos de autor es una victoria de todos los ciudadanos”, ya que la institución que dirige decidió “defender la cultura y creatividad europeas” y “puso fin al ‘Far West’ digital”.
R.I./F.F.-Perfil