Más allá de los inoculantes que ya se están administrando a gran escala, actualmente hay 20 fármacos que están avanzados en la investigación: con testeos a larga escala sobre su eficacia y posibles efectos secundarios. Dos son de latinoamérica.

Las vacunas suelen requerir años de investigación y pruebas antes de llegar al público de forma masiva, pero la rapidez con la que se extendió el coronavirus en el mundo necesitó soluciones a la misma velocidad y, más allá de los inoculantes que ya se están administrando a gran escala, actualmente hay 20 fármacos en la última fase de ensayos clínicos en países tan diversos como Cuba, Kazajistán e Italia.

De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), hay 182 desarrollos contra la Covid-19 en fase preclínica, lo que significa por ejemplo que se están testeando en animales en lugar de humanos, y unos 80 en distintas fases de estudios clínicos, incluyendo los más avanzados que ya se están usando de forma masiva y que cuentan con la aprobación de urgencia de distintos entes reguladores.

De acuerdo con la OMS, hay 182 desarrollos contra la Covid-19 en fase preclínica
Los fármacos que lideran la lucha contra el coronavirus provienen principalmente de Rusia con la Sputnik V, ya autorizada en 50 países; de Estados Unidos con la de Pfizer (junto al laboratorio alemán BioNtech), Moderna y Johnson & Johnson (junto a la belga Janssen); de China con las de Sinopharm, Sinovac y CanSino; y la anglo sueca de Oxford/AstraZeneca.

Otras 20 vacunas candidatas están avanzadas en la investigación, en la fase 3 de ensayo clínico, con testeos a larga escala sobre su eficacia y posibles efectos secundarios, incluyendo dos de Latinoamérica: la Soberana 02 y la Abdala, ambas de Cuba.

Dos desarrollos latinoamericanos, ambos de Cuba

Unos 5.000 voluntarios fueron inmunizados con la Soberana 02 desde que se inició la etapa final de pruebas el 3 de marzo pasado en 40 vacunatorios diseminados en ocho municipios de La Habana y cerca de 100.000 dosis ya están en Irán para ser testeadas en un país con otra tasa de incidencia del virus.

Según expertos involucrados en estudio clínico citados por el diario oficial Granma, en la primera semana de vacunación solo se presentaron eventos adversos leves en algunos sujetos del ensayo, tales como dolor leve en el sitio de la inyección en las primeras 24 horas de administrado el candidato y malestar general.

Este fármaco en estudio, junto a los proyectos Soberana 01 y Soberana Plus, son desarrollados por científicos e investigadores del Instituto Finlay de Vacunas, en cooperación con especialistas del Centro de Inmunología Molecular y la Universidad de La Habana.

Esta semana, el organismo regulador cubano autorizó también el pase a fase 3 de la Abdala que, junto a otro inoculante llamado Mambisa, es estudiado en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y se prevé que será administrado a 48.000 voluntarios de entre 19 y 80 años.

En el resto del mundo

Otros fármacos ya en fase 3 son la GRAd-COV2 impulsada por el grupo de biotecnología ReiThera (Italia), la EpiVacCorona y la CoviVac de Rusia, la Novanax de Estados Unidos y esta semana ingresó en esta lista la CoVLP de los laboratorios Medicago (Canadá) y GSK (Reino Unido).

También la alemana CureVac, que al igual que otras candidatas eligió la Argentina para realizar los ensayos clínicos, la ZyCoV-D de India y otros inoculantes que se desarrollan en Japón, China y Australia.

Otro país que anunció avances en su vacuna es Kazajistán con la llamada QazCOVID-in, investigada por el Instituto sobre Seguridad Biológica, que espera concluir con la fase 3 de estudios clínicos en junio e iniciar ya el mes próximo con la producción masiva, de acuerdo a directivos citados por la agencia de noticias TASS.

“En los ensayos clínicos la vacuna demostró una alta seguridad e inmunogenicidad. Cuando se usa correctamente, crea inmunidad en todos los participantes”, indicaron los responsables de este desarrollo y añadieron que no hubo reacciones negativas entre los que recibieron la inyección.

Las candidatas se diferencian por la tecnología que utilizan para inmunizar, sea mediante virus inactivados (como la de Sinovac); las que usan adenovirus (como vector viral) donde ‘insertan’ el gen de la proteína espiga del coronavirus como la Sputnik V, Janssen o la de AstraZeneca (en este caso de chimpancé), y las que usan ARN mensajero como la de Pfizer y Moderna.

También por la cantidad de dosis: la mayoría requiere de dos, con excepción de la de Janssen y CanSino que son monodosis y la ZyCoV-D de India y la ZF2001 (desarrollada en China y probada en al menos cinco países, incluyendo Ecuador) que necesita tres.

Otro punto importante es la temperatura que requieren para conservarse, clave para la logística en la llegada a cada país, sobre todo en los de clima cálido, y su posterior distribución a la población.

La vacuna de Pfizer y BioNTech, por ejemplo, debe mantener una conservación de ultrafrío a -70 °C (con un margen de 10°C aproximadamente), mientras que otras, como la Sputnik V, puede almacenarse a entre 2 y 8º C.

En este aspecto destaca la ZyCoV-D, que puede permanecer estable hasta tres meses a una temperatura de hasta 30°C, según dijo Pankaj Patel, presidente del laboratorio de la India que la investiga, al medio local Business Standard.