El tratamiento que le ha dado el intendente a la pandemia ha sido por demás cuestionado. Y no es para menos. Un sucesión de errores groseros desde lo conceptual y trasladados a la práctica nos puso en el alarmante escenario que vivimos hoy.
Mientras los retenes no daban abasto, se hacía visible la laxitud de los mismos y se veían y nos llegaban denuncias que se metía gente al distrito por todos lados, el intendente se mantuvo firme con que “está todo alambrado”. No pudo o quiso ver la realidad. Aún hoy se ofrecen servicios en redes en donde se cobran $ 12.000 para traerte a Mar del Plata. ¿Control? ¿Seguimiento a todo lo que se publica? Nada de esto ha sucedido, salvo casos aislados y no como una política fuerte de prevención contra el coronavirus. Mientras tanto Mar Chiquita y General Alvarado mantenían firmes los controles en sus accesos. Diferencias de trabajo y decisión política que hoy se ven reflejadas en la situación que atraviesa cada municipio….
En lo sanitario insistió sistemáticamente que “hay un brote” y, enojado apuntó todos sus dardos contra el Sanatorio Houssay. Por ende…Nación. No es acá. Lo trajeron al virus de allá. El virus no brotó en el sanatorio como si fuera una maceta. La circulación e ingreso que permitió el intendente más algunos errores operativos del sanatorio fueron el combo para que hubiera más casos. No hacerse responsable de su cuota de responsabilidad le impidió corregir a tiempo y desde allí fue una sumatoria de acciones erradas en plena pandemia. Descuido en los geriátricos, dejar en manos de los titulares de los mismos las políticas a seguir tuvo consecuencia nefastas para nuestros habitantes. Pasamos a “hay brotes” cuando ya se había empezado a descontrolar todo en General Pueyrredón. Allí, en ese momento sostuvo que “hay tres focos”. Seguía equivocado o formaba parte de su política.
Se le advirtió que el escenario se desmadraba. “Está todo controlado”. Se le informaba desde distintos efectores y especialistas que había circulación comunitaria. “Se requiere un 60% para confirmar circulación del virus”. Otro error garrafal ya que con ese porcentaje hubiese colapsado todo. Finalmente reconoció que sí la había cuando tenemos un 31% de casos sin nexos.
Se le reclamó desde distintos sectores políticos, sociales, Comités Barriales de Emergencia que convocara al comité de crisis que se había creado y solo se había reunido en ABRIL. Pasaron tres meses de reclamos para poder hacerle ver de esta necesidad y se logró hacer una segunda reunión. Allí se comprometió verbalmente en fuerte apoyo al trabajo en barrios y más controles. En la práctica y por lo que manifiestan los vecinos, poco y nada.
¿COMO ESTAMOS HOY?
Al límite de entrar en zona crítica. Lo avisan desde ámbitos públicos y privados de la salud en Mar del Plata. No dan abasto con la demanda creciente de personas que surgen y espontáneamente se presentan para ser hisopadas u hospitalizadas. DEJEMOS DE LADO LOS NÚMEROS DESASTROSOS en este artículo. Ya los conocemos todos.
Hablemos de personas. Gente. Vecinas. Comerciantes. Todos angustiados con el avance incontenible del virus y las respuestas fuera de tiempo, erróneas, descontroladas y descoordinadas desde la intendencia.
Ahora, corriendo de atrás al virus, sale a pedir camas adicionales y médicos de otros destinos tras no escuchar que se saturaban los establecimientos que le advirtieron diversos efectores y especialistas hace por lo menos DIEZ días.
Es cierto que hay un crecimiento en todo el territorio del virus. Ya no solo se habla de AMBA cuando se menciona a la circulación comunitaria. Pero también es sensato decir que provincias o municipios, ante la aparición o avance del coronavirus TOMARON MEDIDAS, retrocedieron de fases, fueron determinadas por las autoridades provinciales e intendentes mismos sin esperar resoluciones “de arriba”. Aquí, recordemos que hace cuatro semanas que lo único que gestionó el jefe comunal con autoridades provinciales fue “dejar todo como está”. Pidió no solo Fase 4, sino excepciones a la misma.
Hoy estamos casi con una Fase 5 disfrazada gestionada por el intendente conviviendo con un escenario alarmante de casos. Entonces, cuando ya no quedan ninguna frase para usar en los medios y repetirla como un latigillo durante días, sostienen que es “imposible pedirle a la gente volver a algún tipo de aislamiento”.
Sin embargo gobiernos provinciales pasaron de un plumazo de estar a punto de abrir los colegios para clases presenciales a fase 1 por menos cantidad de contagios por cada 1.000 habitantes que Mar del Plata. No hay otra solución hasta que aparezca la vacuna. Aislarse. Así lo resolvieron los Gobiernos de San Juan, restricciones en Mendoza, Jujuy y diversos municipios de nuestra provincia.
Mientras estos gobiernos tomaban ESTAS MEDIDAS el responsable político de la ciudad se cansaba de llamar por teléfono a funcionarios para que el municipio quede como está: “Está controlado”; “Las camas es el índice que miramos ahora”; “No llegamos al pico”. Hasta mostraba gráficos y análisis para justificar sus pedidos aperturistas.
Si hace CUATRO SEMANAS (29 contagiados promedio por día) se hubiesen tomado las medidas que le imploraban que hiciera y no lo hizo, el presente sería otro.
Ahora, desbordado por lo que todos estamos viviendo pide camas adicionales de instituciones nacionales y que le manden médicos por que los nuestros están desgastados, algunos infectados, otros con múltiples funciones, dobles turnos, falta de equipamiento, insumos y demás carencias.
Hoy, para hacerse un hisopado en algunas clínicas nos comentan que, ante la gran demanda, algunas personas con síntomas esperan hasta CINCO horas para ser atendidas. Otras, denuncian directamente que algunos establecimientos no las atienden: “Estamos desbordados” y a buscarse otro lugar.
Es hora que se ponga al hombro el intendente la crisis que vivimos desde lo sanitario y, además de pedir para afuera, RESUELVA PARA ADENTRO con políticas claras, acciones concretas, controles reales y efectivos. Es hora que se ponga el traje de intendente y actúe. Ya. No mañana. El tiempo, lamentablemente, nos juega en contra. Es ahora. Haga algo.