Finalmente, el inicio de la demolición controlada del esqueleto de hormigón que quedó en pie del edificio de la distribuidora Torres y Liva – que estaba prevista para el jueves – comenzará mañana.

El protocolo de seguridad fue organizado por Seguridad, Defensa Civil, secretaría de Obras y Planeamiento Urbano, Desarrollo Social, Sistema de Atención Médica de Emergencias (Same), Bomberos y policía y tiene como objetivo mantener a la gente alejada de cualquier situación de riesgo.

Se establecerá un sector “rojo” y otro “amarillo”: al primero no podrá pasar ninguna persona que no esté vinculada al operativo de demolición, mientras que el otro estará abierto para que las personas que vivan en esa zona o los comerciantes puedan transitar en determinados horarios. Incluso, el jefe de Defensa Civil, Rodrigo Goncálvez, anticipó que habrá horas y días en que el sector estará cerrado.

Las tareas también prevén recuperar en la medida de lo posible las pertenencias de los departamentos alcanzados por las llamas o el humo, a los que está prohibido acceder por riesgo de derrumbe. Para organizar el proceso, las autoridades resolvieron dividir el edifico de Torres y Liva en cinco sectores distintos.