Sucedió en una escuela primaria de la capital salteña. A las docentes se les inició un sumario administrativo. La menor debió ser cambiada de colegio.
Aunque la ley nacional de identidad de género, que reconoce el derecho a las personas mostrarse tal cual como se autoperciben, fue sancionada en 2012, todavía existen situaciones de discriminación en establecimientos educativos. Así quedó en evidencia esta semana, cuando una mujer denunció ante el INADI a dos maestras y la vicedirectora de la Escuela Alejandro Gauffin, en Salta, por no respetar la identidad de su hija y tratarla como un varón.
La nena cambió su DNI en abril de este año. “Me mandaban notas porque los varones no usan aritos o el pelo largo, y así me la pasé desde el año pasado firmando notas por todo”, afirmó Graciela, la mamá de Tatiana (nombre ficticio para preservar su privacidad).
“Me pedían un documento para que me llamaran por mi nombre, y ..¿aún así no me respetan?”, le cuestionó Tatiana a la vicedirectora cuando su madre la acompañó al colegio para denunciar los malos tratos que recibió. Desde el Ministerio de Educación salteño reconocieron lo sucedido y se inició un sumario administrativo para investigar el hecho, y “en caso que correspondiera”, sancionar a las docentes.
No obstante, la nena debió cambiarse de escuela, aunque ya se confirmó que la semana próxima el Área de Diversidad junto con Educación dictará talleres a los docentes del nuevo establecimiento. “Por un lado está aliviada porque dice que ya no estará con las maestras, pero por otro está triste porque dice que va a extrañar a sus amigos”, aseguró Graciela. La niña de 10 años contó que las docentes de Ciencias y Lengua la llamaban por su anterior nombre de varón o le decían “papito”. Según contó, la directora argumentó que era cuestión de “acostumbrarse”, pero para la madre ya pasó tiempo suficiente. “Están con ella cinco días de los siete de la semanas”, advirtió.
La mujer sospecha que “quisieron cansarla” para que cambiara a su hija de escuela, y no descarta que se hayan dado otras situaciones de las que no se enteró porque su hija contaba “poco y nada”. El bullying también era parte del día a día, por ello, asegura la madre, que la niña en el último tiempo pedía no ir más al colegio. Luego de la denuncia ante el Inadi por discriminación y por no reconocer la identidad de género autopercibida de su hija, Graciela acudió junto a Victoria Liendro, del Área de Diversidad de la Subsecretaría de Políticas de Género, al Ministerio de Educación provincial.
Allí las recibieron desde el área de Educación Primaria y Supervisión: llegaron a un acuerdo para que la niña pase a otro establecimiento educativo. Olga Flores, supervisora general de Primaria, destacó la valentía de “la madre y la niña para afrontar el proceso de identidad de género”. Sobre si pudieran caber posibles sanciones ante la violación de la identidad de género por parte de las docentes, Flores indicó: “Cumplimos con realizar los informes y elevar a los departamentos jurídicos para que ellos apliquen la sanción que correspondiera, porque al ser leyes tan nuevas no está reglamentado qué es lo que correspondería”.
La ley de identidad de género 26.743, en su artículo 11 habla de “Trato digno” y manda a que se respete “la identidad de género adoptada por las personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, tanto en el ámbito público como privado”.
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