Después de haber estado internado durante 8 días, y de haberla pasado sumamente mal, recientemente el periodista Gustavo López regresó a la radio y contó cómo fue la cruda experiencia que vivió con el COVID-19. “Un día me levanté pensando que no había manera de solucionarlo”, admitió.

En su primera aparición en el programa radial “Un Buen Momento” tras haber cursado la enfermedad, el periodista reveló que haberse enterado que tenía coronavirus fue una noticia fuerte, pero que la primera semana la transitó bastante bien, ya que salía al aire desde su casa, y solo notaba falta de aire hacia el final de su participación.

“Cuando das positivo el médico de la obra social que te atiende te hace un seguimiento para ver cómo la llevás, cómo sigue la situación, y yo venía fenómeno, bien, sin inconvenientes y el día anterior a la final de la Champions League me empecé a sentir muy mal”, explicó, y agregó que esa noche tuvo mucha fiebre, por lo que al día siguiente una ambulancia lo fue a buscar para internarlo.

Sobre esto, dijo que el día que se fue de su casa, salió sin despedirse de nadie, porque estaba seguro que iba a volver rápido, aunque al llegar al centro de salud lo dejaron internado en una sala.

Además, contó que le realizaron una tomografía para ver cómo estaban sus pulmones, y aunque al principio la enfermedad no era tan fuerte, con el paso de los días su situación se complicó y bastante. “El virus me afectó los pulmones, un día tenía el 20%, otro el 30% y otros el 40%”, sumó con la voz quebrada.

“Un día me levanté pensando que no había manera de solucionarlo. Hablé con mi esposa, me dijo: ’Tenés que volver a casa’. A partir de ahí saqué fuerzas. Me empezó a hacer bien la meditación. La música me hizo bien. Empecé a escuchar música, a cantar”, confesó.

Luego reconoció que lloró “ocho días sin parar”, y que lo más difícil es de esta enfermedad es que el paciente debe estar solo en una habitación sin poder recibir una caricia ni un abrazo.

Además, el periodista comentó que cuando las cosas se complicaron, tuvo que recibir plasma,y que aunque pensó en pronto se iba a sentir bien, en verdad las primeras horas fueron catastróficas.

“Yo pensé que el plasma me iba a hacer bien y la peor noche fue la posterior a ponerme plasma. Dije: ’Pucha, si esto no me lo soluciona, no hay solución’. Lo único que me mantenía era la frase de los dos médicos: ’Gustavo, nosotros te prometemos que vas a volver a tu casa a abrazar a fu familia’. Más la frase de mi esposa, hacíamos Zoom, llorábamos juntos. Ella se tuvo que bancar todo”, reveló.

Además, dijo que notó muy cansados a los doctores, y que uno de los profesionales que lo atendió le pidió que cuando saliera, aprovechara su espacio en los medios de comunicación para contar lo que se vive hoy en día dentro de los centros de salud.

“Me dijo: ’Cuando salgas de acá, me gustaría que le cuentes a la gente lo que te pasa porque nosotros estamos estresados, estamos cansados, estamos con cinco meses de un camino muy complicado de transitar y a veces vemos imágenes que nos dan bronca. Y estaría bueno tu testimonio para que la gente aprenda, a vos que te escucha mucha gente. Y cuando salgas de acá seguí siendo el mismo”