Musk, con más de 100 millones de seguidores en Twitter, informó en un tuit que formará un comité para evaluar la política futura de la plataforma sobre publicaciones y el restablecimiento de cuentas bloqueadas, que van desde el expresidente de Estados Unidos Donald Trump hasta el teórico de la conspiración Alex Jones y el exlíder del Ku Klux Klan David Duke , ninguno de los cuales ha regresado a la plataforma hasta ahora.
“Twitter formará un consejo de moderación de contenido con puntos de vista muy diversos”, tuiteó. “No se tomarán decisiones importantes sobre contenido o restablecimientos de cuentas antes de que se reúna ese consejo”
Los usuarios de Twitter no desperdiciaron tiempo y probaron los límites de la libre expresión en la plataforma ahora en manos del magnate Musk.
Apenas horas después que Musk asumiera el control de la red, voces conservadoras celebraron lo que consideran la recuperación de su derecho a expresarse libremente.
Musk expresó en reiteradas ocasiones no estar de acuerdo con la práctica de la red de social de prohibir el acceso a la misma de forma permanente a aquellos usuarios que violan repetidamente sus políticas, lo que plantea la posibilidad de que usuarios como Trump regresen a la plataforma.
Trump, un ávido tuitero antes de ser vetado, dijo que estaba “muy feliz de que Twitter ahora esté en buenas manos”, pero promovió su propio sitio de redes sociales, Truth Social, que lanzó después de que se le bloqueó la red social más utilizada.
“Estoy muy feliz de que Twitter ahora esté en buenas manos y ya no estará dirigido por lunáticos y maníacos de izquierda radical que realmente odian a nuestro país”, dijo Trump, indicando que podría no regresará a la plataforma a pesar de que Musk ha dicho que permitiría que regrese. El ex mandatario republicano no dijo definitivamente si volverá a Twitter o no.
“¡ME ENCANTA LA VERDAD!”, dijo, y agregó que Twitter será “mejor” si funciona para deshacerse de los bots y las cuentas falsas “que lo han lastimado tanto”.
Trump fue suspendido dos días después de los ataques del 6 de enero por un par de tuits que, según la compañía, seguían arrojando dudas sobre la legitimidad de las elecciones presidenciales y planteaban riesgos para la inauguración presidencial a la que Trump dijo que no asistiría.
Buck Sexton, un popular podcaster estadounidense con más de 800.000 seguidores en Twitter, escribió: “Por cierto, resulta que los hombres NO PUEDEN embarazarse. Vamos liberales”.
El tuit, que desató reacciones negativas y positivas, recibió comentarios como “Verdad”, y “Este va a ser un gran día”.
Algunos optaron por usar las mismas palabras con ataques irónicos.
“Resulta que tú NO PUEDES tener relaciones sexuales”, tuiteó @sawthrewit.
Otro tópico popular fue el referido a las mascarillas utilizadas durante la pandemia, y que, consideradas efectivas por la comunidad científica, probaron ser un elemento de división en Estados Unidos.
“Ahora que podemos decir la verdad aquí, después que Elon Musk oficialmente asumió, sólo voy a decir: Las máscaras no funcionan”, tuiteó @ianmSC.
El tuit generó una cantidad de comentarios de apoyo, pero también la reacción del lado contrario.
Los empleados de Twitter pasaron años trabajando para domesticar la plataforma que alguna vez se llamó el “ala de la libertad de expresión del partido de la libertad de expresión”, donde el odio y el acoso abundan en algo donde todos son bienvenidos y seguros. Si bien está lejos de ser perfecto, a los críticos les preocupa que la propiedad de Musk signifique hacer retroceder el reloj en años de este trabajo.
La empresa, por ejemplo, fue una de las primeras en adoptar el botón de “reportar abuso” en 2013, después de que la parlamentaria del Reino Unido, Stella Creasy, recibiera una andanada de amenazas de violación y muerte en la plataforma, haciéndose eco de las experiencias de otras mujeres a lo largo de los años.
En los años siguientes, Twitter continuó elaborando reglas e invirtiendo en personal y tecnología para detectar amenazas violentas, acoso e información errónea que viola sus políticas. Después de que surgieron pruebas de que Rusia usó sus plataformas para tratar de interferir en las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2016, las empresas de redes sociales también intensificaron sus esfuerzos contra la desinformación política.
En una carta destinada a calmar los temores de los anunciantes, Musk prometió ayer que Twitter no será un “infierno de todos contra todos, donde se puede decir cualquier cosa sin consecuencias”.
Alrededor del 90% de los ingresos de Twitter provienen de la publicidad, pero está lejos de ser la mayor plataforma de marketing digital. Google, Amazon y Meta representan alrededor del 75% de los anuncios digitales. Twitter representó solo el 1% del gasto mundial en publicidad digital en 2021.