De un tiempo a esta parte, en General Pueyrredon los choques entre vehículos se dan con un grado de violencia superlativa. Sumado a ello, durante los últimos tres meses tomó notoriedad el rol del transporte público de pasajeros en los siniestros viales urbanos: se totalizan seis impactos protagonizados por colectivos desde junio hasta la fecha. ¿Qué pasa?
Es un triste pero real hábito luego de cada fin de semana evidenciar la cantidad de accidentes que hay en las calles de Mar del Plata. En la provincia de Buenos Aires ya rige plenamente la Ley de Alcohol Cero, que le siguió a la normativa municipal que establece los mismo parámetros al volante. Sin embargo, no es la ingesta de alcohol el único factor influyente en los siniestros: uso de celular, estado de las calles, inexperiencia al volante y distracciones generales completan el combo. ¿Pero qué pasa cuando hay un conductor profesional involucrado?
El 14 de junio un colectivo de la línea 562 embistió a un Peugeot 308 en la intersección de Diagonal Alberdi Sur y Santiago del Estero. El hecho ocurrió alrededor de las cuatro de la tarde. La mujer que conducía su vehículo por Santiago del Estero recibió el impacto en su puerta, lo que le causó cortes y heridas. La víctima debió ser atendida y el tránsito se vio cortado en esa zona del microcentro por algunas horas. Ninguno de los pasajeros del 562 ni su chofer fueron lastimados.
Cinco días después, el lunes 19 de junio, un colectivo de la línea 523 perdió el control del rodado y chocó y arrastró por algunos metros un contenedor ubicado sobre calle O’Higgins casi Güemes, cerca de la zona comercial de avenida Juan b. Justo. Ninguna persona resultó herida en ese caso. Dos vehículos que estaban estacionados en ese misma cuadra sí se vieron afectados con serias roturas producto del mismo impacto.
En esa misma semana, el miércoles 21 de junio por la mañana, el siniestro vial lo protagonizaron un colectivo y un camión Scania. El vehículo de mayor porte circulaba por la intersección de la avenida Juan B. Justo y Roque Sáenz Peña cuando chocó a un interno de la línea 562. “No vio el colectivo y no frenó” aseguraron ocupantes y testigos del hecho. Un pasajero del colectivo debió ser atendido y trasladado a la Clínica de Fracturas por dolencias producidas en el impacto. El fiscal Pablo Cistoldi abrió una causa por “lesiones culposas” por ese hecho.
En julio, los choques protagonizados por colectivos se dieron de manera más intensa y en el transcurso de 48 horas.
En la madrugada del lunes 3 de julio Mar del Plata se despertó con la noticia de que un Peugeot 206 “se comió” un 542 en Juan B. Justo y Lobería. Testigos aseguraron que el conductor del auto “no llegó a frenar” y quedó “abajo” del colectivo. Por este siniestro, tanto el conductor del Peugeot como su acompañante debieron ser trasladados la Hospital Interzonal de Generales y Agudos (HIGA). Cabe mencionar que, en este caso, el conductor del auto no contaba con licencia de conducir, ni cédula ni VTV.
Pocas horas después, en la mañana del martes 4 de julio, un autobus de la línea 563 chocó con un Chevrolet Corsa en la Costa y Scaglia. Ningún ocupante resultó herido producto de este siniestro.
Los dos choques de julio se dieron en el contexto de las intensas lluvias que azotaron a Mar del Plata y Batán, dejando un gran saldo de casas y calles inundadas.
Agosto cuenta con apenas 10 días y ya ha tenido su siniestro vial con colectivo incluido. Ocurrió en las primeras horas de la noche del miércoles 9 en pleno centro marplatense. Un interno de la línea 521 que circulaba por Belgrano y se disponía a doblar por avenida Independencia para continuar su recorrido hacia el norte, atropelló a un joven de 29 años que debió ser trasladado al HIGA por una fractura expuesta. En esta ocasión también el fiscal Cistoldi dispuso la apertura de una causa por “lesiones culposas”.
Será interesante y necesario en el corto plazo poder analizar y revertir aquello que genera esta novedad, en la que viajar en transporte público en General Pueyrredon se vuelve cada vez más peligroso tanto para quienes ocupan el rodado como para quienes circulan a pie o en sus vehículos privados cerca de ellos.