El economista Arnaldo Bocco, que integró el directorio del Banco Central de 2004 a 2010, reclamó la “reactivación del aparato industrial” y renegó del endeudamiento tomado por el Gobierno nacional. Además, pidió medidas para cuidar “al turismo nacional” y se esperanzó con que “Mar del Plata se venda bien” de cara a la próxima temporada veraniega.

Antes de brindar una charla en la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), en el marco del 72° aniversario de la entidad, dialogó con el portal lacapitalmdp:

¿Cuál es, a su entender, la perspectiva económica del país después del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)?

– El acuerdo se firmó hace 30 días, estamos en otro escenario un poquito más grave, mucha presión sobre el tipo de cambio y la salida de capitales. Es una situación bastante difícil y al Gobierno lo veo actuando tardíamente y eso, lamentablemente, tiene un costo: el dólar se va para arriba y la inflación sube y las tarifas también.

¿Por qué se no se puede controlar la cotización del dólar?

– Por muchos motivos, pero básicamente porque no hay confianza en la Argentina. Si mirás al Instituto Internacional de Finanzas, que nuclea a toda la banca acreedora de la Argentina, o a los análisis que hicieron bancos como JP Morgan o calificadoras de riesgos, llevan el riego país a 700 puntos, lo que es inquietante porque es parecido a la época de (Fernando) de la Rúa. Eso nos pone en un lugar de falta de credibilidad y de falta de sustentabilidad del modelo económico. Entonces, si te están diciendo desde afuera que esto no funciona, algunas cosas estamos haciendo mal y hay que cambiarlas.

– ¿Cómo se puede generar confianza en el país?

– Creo que hay cosas que son remontables con un cambio de rumbo, que va a ser muy difícil porque el Gobierno tomó un rumbo con el FMI, que está jugándose 15 mil millones de dólares y tiene la promesa de prestarle 50 mil millones de dólares. Y el FMI no le prestó nunca a nadie 50 mil millones de dólares. Todavía no aprobó los 35 mil millones restantes. Si me pregunta a mí, yo quisiera que prescindiéramos de seguir endeudándonos, que los generemos con exportaciones.

Los especialistas dicen que uno de los mayores problemas es el déficit fiscal, ¿es así?

– El déficit fiscal siempre se financia, los Estados no quiebran. Más tarde o más temprano, el Estado busca la forma de financiarse. El problema de la Argentina es que no tiene dólares para pagar la deuda. El déficit fiscal sí es el problema cuando metemos los intereses. Los intereses que vamos a pagar este año son 15.500 millones de dólares, una cifra gigantesca, estamos hablando del 3.5 del producto bruto, es la mitad de todo el presupuesto educativo de todo el país que se nos va en pago de intereses. Creo que el Gobierno actuó mal sobreendeudándonos desde el primer día.

¿Eso significa que el Gobierno trabajó sobre un mal diagnóstico?

– Ellos pensaron que con el endeudamiento iban realmente a sacar la situación adelante y la inflación es mucho más alta de la que recibieron, el desempleo se va a acercar a una tasa del 12 por ciento. Estamos en una ciudad que ya tiene una desocupación de dos dígitos, que son las primeras que reaccionan en el mercado de trabajo ante el retroceso y me parece que, por suerte, el presidente (Mauricio Macri) todavía está a tiempo de corregir el rumbo. Le aconsejo que no tome los 35 mil millones de dólares, que renegocie con el FMI y con los acreedores porque la Argentina no está en condiciones de endeudarse en más cantidad.

Si lo llamaran del Gobierno nacional para un asesoramiento, ¿qué le diría?

– Le diría eso.

¿Qué le aconsejaría al ciudadano común para vivir con una inflación más alta que los aumentos de las paritarias?

-No puede vivir, algo va a tener que dejar de pagar. Un ciudadano tiene que tener garantizado un ingreso social básico, que pueda pagar el costo de los alimentos que consume en su casa más todo lo que tiene relación con los servicios. Una vez en el mes, una familia de clase media o popular tiene que poder comer un pizza fuera de la casa y dos días en el año ir al cine o al teatro. Eso es lo obvio para un país con la riqueza que tiene Argentina. Este no es un país pobre, es un país rico, entonces hagamos que la riqueza fluya.

¿Y cómo se podría hacer eso?

– Hay que hacer un plan de desarrollo, la Argentina tiene que reactivar parte de su aparato industrial, porque estamos con el 60 por ciento de utilización de la capacidad industrial y todos los días hay cierre de empresas, de comercios, de transporte. Algo está manejándose mal para que ocurran estas cosas.

Usted integró el directorio del Banco Central, desde 2004, después de pasar la tempestad del 2001. ¿Ahora estamos más complicados que en aquel entonces?

– Veníamos de una situación complicada, pero se protegió la actividad industrial. Mire lo que pasó con (Donald) Trump: se peleó con Turquía y le puso un arancel del 100 por 100 del que pagaba para proteger su producción. La Argentina es muy timorata, muy abierta, gastamos mucho dinero de turismo en el exterior. Estamos gastando 10 mil millones de dólares por año en turismo, hay que endeudarse para que la gente viaje. Hay que proteger las fuentes del turismo local, hay que ponerle un valor al turismo pero que no vaya al que vende el turismo, sino a un fondo que se invierta en Mar del Plata, en Humahuaca, en los lugares que tienen que tener actividad.

Por la devaluación, ¿cree que la próxima temporada veraniega pueda venir más gente a Mar del Plata?

– Ojalá, hay que ver si la gente tiene plata. Ojalá Mar del Plata se venda bien.