Hace unos días Juan iba con su bicicleta por la ciudad cuando una persona a bordo de un vehículo abrió la puerta cuando él pasaba. Por fortuna fue sólo un susto, sin embargo el mal hábito puede costar una vida.
Parece costumbre el abrir la puerta antes de mirar por el espejo retrovisor, esta práctica usual que le arrebató la vida a Nía Moreno, la profesora de teatro de Mar del Plata que murió tras ser atropellada por un camión cuando una persona abrió la puerta sin mirar en Belgrano e Yrigoyen, se repite en lo cotidiano más de lo que se visibiliza.
Juan pedalea por la ciudad todos los días y hace poco tuvo la desgracia de ser chocado por una puerta que se abrió de improviso: “Venia por Catamarca y Rawson andando despacio cuando la puerta de un auto se abrió y me hizo caer. Me golpeé el tobillo contra los pedales de la bicicleta y el asfalto,” relató.
Luego del impacto Juan quedó en el piso gritando por el dolor intenso y el conductor del auto se acercó al joven para analizar la situación. Luego de recibir ayuda para levantar la bicicleta, el conductor del auto lo invitó a pasar a la casa para ponerle hielo, sin embargo Juan estaba apurado y decidió continuar su camino.
La bicicleta de Juan sufrió daños en la cadena y los pedales tras el impacto contra el piso. En las piernas tiene dos moretones grandes del impacto, algunos raspones y moretones, sumado a esto también padece dolor de espalda. ¿Es necesario volver a repetir que antes de abrir la puerta, se debe mirar para atrás?
Lara E. Franco – Redacción MdpYa.